- La brillante trayectoria del grupo Bovies, el mayor comercializador de vacuno del país, y el trabajo del Ctaex se ponen en valor en el encuentro de HOY y Banco Popular
Un modelo exitoso de desarrollo cooperativo en un subsector ganadero poco propenso a unir esfuerzos y el conocimiento innovador de un centro investigador de referencia para el campo. Dos testimonios vitales para el crecimiento del sector agroalimentario se visualizaron ayer en el Foro Encuentros Empresariales, organizado por el Banco Popular y HOY.
En Mérida, ante medio centenar de representantes del mundo agrario extremeño, se pusieron en valor las experiencias del grupo Bovies (Bovinos de España) y de Ctaex (Centro Tecnológico Nacional Agroalimentario de Extremadura). Bovies es el principal grupo comercializador de vacuno de España y tiene su sede en Casar de Cáceres. En él se integran ocho cooperativas, siete de ellas extremeñas. En el caso del Centro Tecnológico, ubicado en Villafranco del Guadiana, ha conseguido trasladar sus proyectos no solo a la empresa nacional sino también fuera de España.
«El impulso a la actividad empresarial, con especial incidencia en el sector agrario, es uno de nuestros objetivos. En la relación con las empresas es donde realmente nos encontramos cómodos. Estamos volcados con las pymes y los autónomos», indicó, a modo de presentación del foro, Rafael Muñoz, director territorial Centro del Banco Popular, que forma parte del grupo Santander.
Muñoz resaltó que las 24 oficinas y el centenar de empleados del Popular en la región centran su trabajo en apoyar un motor imprescindible de la economía regional.
«Nuestro modelo de negocio está basado en la cercanía, en estar al pie de las empresas, con especial significado en las del sector agroalimentario por su peso en Extremadura», añadió en el foro celebrado en la capital extremeña.
El representante del Popular también enfatizó que los «bancos tenemos que ser flexibles y tener el foco puesto en las pequeñas y medianas empresas» como elemento clave para el desarrollo.
Integración
Lo indicó antes de dar paso al testimonio de Pedro Morgado Bernáldez, presidente de Bovies, uno de los ejemplos evidentes del buen trabajo cooperativo en Extremadura.
Constituido en época de crisis (2013) y en un subsector atomizado, Bovinos de España aparece en la actualidad como el mayor grupo comercializador de vacuno de carne en nuestro país. Un año después de su aparición, en 2014, facturaba 4,6 millones. Apenas tres años después ha cerrado el ejercicio de 2017 con más de 10 millones de euros.
Morgado, que también es vicepresidente de la Indicación Geográfica Protegida (IPG) Ternera de Extremadura y de Copreca, explicó la receta de esta sobresaliente trayectoria. «El éxito está en darle estabilidad al ganadero, es conseguir buenos precios, prescindir de los intermediarios y en el hecho de que el consumidor final pueda tener la mejor calidad», enfatizó Morgado.
«Estamos en un momento dulce», admitió, y recordó que Bovies suministra carne de vacuno a El Pozo, Grupo Miguel Vergara o El Encinar de Humienta, con sala de despiece y matadero (con un volumen de sacrificio de 80 canales/hora) en Almaraz.
En Extremadura están censadas alrededor de 400.000 cabezas de vacuno (el 14% del total español). De ellas, 40.000 son del grupo Bovies, que es una cooperativa de segundo grado, esto es, una cooperativa que agrupa a otras sociedades.
En él se integran las cooperativas Copreca, de Trujillo; Cooprado, de Casar de Cáceres; Ibercom, de Zafra; Cooperativa San Isidro de Brozas, Sierra San Pedro, de Alburquerque, Coolosar, de Losar de la Vera, y SAT Negra Andaluza, de la localidad onubense de Higuera de la Sierra. Como se vislumbra, todas son sociedades cooperativas de la comunidad extremeña menos la andaluza de Higuera de la Sierra.
Bovies cuenta ya con 2.500 socios. La cooperativa de segundo grado echó a andar con 1.000 socios y 4.000 cabezas de vacuno. «Vimos como algo natural integrarnos y unificar los procesos», señaló.
Además, relató su presidente en el foro empresarial, tiene muy avanzada la integración de otras dos cooperativas, una de la provincia de Toledo y otra de la de Huelva, ganando músculo como grupo cooperativo interautonómico aunque su sede se encuentra en Extremadura. Se eligió en su momento Casar de Cáceres por ser el municipio mejor situado geográfica dentro de los que tenían inicialmente socios en Bovies.
Derribar barreras
Bovies maneja 12.000 terneros pasteros. Son los animales que entran en cebo después de una lactancia natural a los 5-7 meses de edad con unos 180-200 kg de peso. Igualmente comercializa otros 3.000 cabezas de vacuno adulto, con la venta de los añojos (los que superan los 12 meses de vida).
En su paulatina línea de crecimiento, el grupo cooperativo del vacuno está a punto de poner en marcha un centro de tipificación en Casar de Cáceres. Para eso ha invertido 250.000 euros. En esta instalación se clasifican para su posterior venta los ejemplares que lleguen y se certifica la calidad de su carne.
También otra demanda que empieza a extenderse entre los consumidores o empresas de distribución de carne: certificar que la carne de vacuno que se consume llega al plato sin que al animal se le hayan inyectado antibióticos. «O si se les ha tenido que poner en su cantidad mínima y siguiendo escrupulosamente todas las prescripciones para estos casos», remató el presidente de Bovinos de España.
«A través de la unión estamos consiguiendo mejores precios para nuestras producciones, hemos eliminado intermediarios y hemos abaratado costes», insistió Pedro Morgado a la hora de explicar, por ejemplo, como todos los pagos que realiza Bovies se concretan en un plazo máximo de diez días. Además, reseña como valor e implicación de los socios, el consejo rector del grupo cooperativo es paritario, es decir, se sientan el mismo número de hombres y mujeres.
«Hemos conseguido derribar algunas barreras. Una, por ejemplo, que se valoren los animales que han padecido tuberculosis que, como todo el mundo sabe, es uno de los problemas que más afecta a este sector. Hemos conseguido que se paguen igual por esos animales que por otros, poniendo en valor nuestro sistema de producción», agregó el representante de Bovies.
Mirando al futuro, Pedro Morgado expresó ante los representantes del sector agrario extremeño que la idea de Bovies sigue siendo la de crecer, de «seguir teniendo unas explotaciones más profesionales» y resumió que la planificación, la tipificación, la seguridad alimentaria y la transparencia «deben ser las señales de identidad para fidelizar a cualquier cliente».
Rendimiento y seguridad
En el encuentro empresarial de HOY y Banco Popular hubo espacio también para hablar de innovación en el sector agroalimentario. De su presencia pero también, lamentó José Luis Llerena, de su ausencia.
«La I+D ha ido desapareciendo como inversión en las empresas agroalimentarias y eso es un error», concluyó el director del Centro Tecnológico Nacional Agroalimentario de Extremadura. Lo hizo mientras recordó que, en el caso de Extremadura, el sector agroganadero supone el 6,5% del PIB regional mientras que en el conjunto de España ese porcentaje se queda en el 2,5%. También aportó Llerena que el campo acarrea el 10% del empleo que se genera en Extremadura mientras que la media nacional se queda en el 4%.
A esa creación de riqueza contribuye Ctaex, una asociación empresarial sin ánimo de lucro que abrió sus puertas en enero de 2001 para ofrecer servicios de investigación, desarrollo e innovación y contribuir al avance competitivo de las empresas del sector agroalimentario y a la seguridad de los consumidores.
El centro cuenta, por ejemplo, con 27 hectáreas de cultivo para experimentar en productos con importante presencia en la región, como el tomate, el arroz, el olivar o el tabaco, pero también en otros con apenas implantación.
José Luis Llerena resaltó que Extremadura es un territorio de oportunidades para el binomio agricultura-innovación. «Tenemos agua, tenemos sol, suelo, una política agraria y, sobre todo, mucho talento. Se trata de conjugarlo todo y aprovechar la oportunidad que se nos presenta», remarcó Llerena, ingeniero técnico agrícola por la Universidad de Extremadura e ingeniero agrónomo en la Universidad de León.
El director del Ctaex enfatizó que la aplicación de la I+D en la agricultura se topa con dificultades evidentes, como la dispersión o atomización de algunos subsectores agrícolas o de explotaciones de reducido tamaño. En todo caso, subrayó, que hay incentivos para trasladar la innovación tecnológica al mundo agroindustrial.
En el coloquio posterior a las disertaciones de Pedro Morgado y José Luis Llerena se plantearon algunas preguntas como la calidad y la seguridad alimentarias. Llerena admitió, de un lado, que uno de los objetivos de innovación tecnológica pasa por conseguir mejores rendimientos en los cultivos actuales. A la vez, buena parte del mercado agroalimentario se enfoca hacia la calidad del producto por encima de su comercialización en masa. Llerena confirmó que calidad y mejores rendimientos son compatibles. «Hoy estamos comiendo más seguros que nunca», sostuvo.
Mientras, Morgado avanzó que Bovies quiere contar con una marca de calidad propia de sus carnes. «El proceso administrativo es complicado pero es posible. Se trata de identificar aún mejor la calidad de nuestro producto ante el consumidor», concluyó.