• Los productores de la comarca hacen balance de la marca Valles Pasiegos, surgida hace diez años, y miran al futuro con optimismo

Hay un dicho vinculado a los pasiegos que dice que «de lo que no se habla, no existe». Ha resultado que con el tiempo el mensaje se ha llegado a extrapolar hasta a su propia comarca. Una tierra que, pese a ser rica en paisajes, en productos y en el carácter trabajador de sus gentes, sin embargo carecía de un sentimiento de unión entre los pueblos. Se echaba en falta una raigambre cohesionada al lugar que reivindicara sus bondades.

Esta inquietud dio origen hace casi diez años al nacimiento de la identidad de los Valles Pasiegos, como una marca territorial. El proyecto surgido del todo –y de la nada al mismo tiempo– hoy día es un referente y todo un éxito en la formulación de su propuesta, no exenta de seguir por la senda de un largo camino de trabajo.

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«Mucho trabajo por hacer»

Precisamente, en esa visión de que «hay mucho por delante que hacer» han coincidido los ponentes citados a la conferencia ‘Los Valles Pasiegos, del paisaje a la mesa’, que protagonizó una nueva cita del ciclo ‘La Agroalimentación del siglo XXI: producto, nutrición y gastronomía’, organizada por el suplemento Cantabria en la Mesa con el patrocinio de la Universidad Europea del Atlántico y la colaboración de Grupo Consorcio.

José Luis Pérez, redactor jefe de El Diario Montañés y coordinador de Cantabria en la Mesa, moderó un debate en el que participaron Ana Manrique, gerente del Grupo de Acción Local Valles Pasiegos; María Ángeles Sainz, gerente de Sobaos Joselín; Tomás Pérez, gerente de la Quesería Tres Valles Pasiegos, y Tanis Fernández, gerente de Barquillos y Galletas Tanis. Su intervención estuvo arropada por un público entre el que se encontraba tanto a los alcaldes de la comarca como a los responsables de las asociaciones y de empresas agroalimentarias de los municipios de Castañeda, Corvera de Toranzo, Liérganes, Luena, Miera, Penagos, Puente Viesgo, San Pedro del Romeral, San Roque de Riomiera, Santa María de Cayón, Santiurde de Toranzo, Saro, Selaya, Vega de Pas, Villacarriedo y Villafufre.

En la charla se hizo un análisis de estos diez años bajo el paraguas de la marca Valles Pasiegos. Ana Manrique destacó el trabajo que se ha llevado a cabo para posicionarse como la marca que es hoy en día y señaló que «uno de los grandes logros es extender el ‘sentimiento pasiego’ entre los habitantes de los municipios, más allá de los tres valles del río».

«Futuro en el entorno rural»

En este aspecto, Tomás Peréz hizo hincapié en la «valentía de los pasiegos, gente muy válida y muy implicada en lo que hacen, un carácter que los diferencia del resto». En la misma línea, María Ángeles Sainz argumentó que «la vida en el entorno rural tiene futuro porque hay gente que quiere seguir con la tradición y vivir en su comarca y eso significa que ven continuidad en la tradición y también nicho de mercado». Sainz, sin embargo, echa en falta «el estancamiento que se percibe en la restauración en la zona» en cuanto a que se ve a los mismos negocios que hace años. «La apuesta por el producto local también pasa por ofrecerlo al público como muestra de nuestra cocina, como primer paso para llegar a una restauración posterior más elaborada», dijo.

Los Valles Pasiegos son sinónimo de la calidad de sus productos, la misma que le abre las puertas de un mercado cada vez más internacional. Tanis Fernández, al respecto, explicó: «Mis productos tienen una venta, claramente, nacional e internacional siendo el mercado regional una pequeña parte de mi volumen de facturación. Nos hemos abierto paso en Francia e Italia y pretendemos proseguir esa expansión en Alemania, Chicago y Hong Kong, como próximos destinos».

Los productores reivindican las fortalezas de la marca Valles Pasiegos al tiempo que reconocen las debilidades del joven proyecto. Son conscientes de la importancia de la unión de todos para lograr el éxito.