Desafiar a la climatología es en ocasiones una osadía, pero hacerle alguna trampa tampoco está de más. Los cerca de 700 participantes participaron en la VII Carrera Popular de El Diario Montañés lo consiguieron con una dosis de valentía y sobre todo ilusión. Porque a las 10.00 horas el cielo en Santander pedía sofá y manta. Sin embargo hay domingos en los que conviene hacerse trampas al solitario, vestirse de corto y correr. Algunos más que otros, pero a fin de cuentas correr.

Los que más lo hicieron fueron Diego Cuadrado, María Eugenia Torre, Hester Hill y Rafael Cobo los cuatro ganadores de las pruebas de cinco y diez kilómetros, respectivamente. Consulta aquí la clasificación. El primero de ellos, por si fuera poco, venció en la prueba de 2.000 metros, más indicada a la fiesta familiar que a la velocidad, pero que a este talento le sirve cada año –y ya van tres– para regalarse un sprint de poco más de siete minutos como antesala de la cita de después. Vamos que se marcó un doblete en toda regla; corrió, se empapó, se cambió de ropa y volvió a darse otro calentón bajo la lluvia.

En la Carrera de El Diario lo que no falta es espacio para todo el mundo; comparten asfalto los atletas federados que luchan por la victoria –como corresponde a cualquier carrera– con todos los corredores populares cuyo único objetivo es disfrutar y superarse. Por eso hay ración para todos los gustos. El primer acto es de dos kilómetros. Faltaron unos cuantos, es probable que al levantar las persianas y ver el gris del cielo algunos padres o abuelos decidieran que sus hijos y nietos se quedasen calentitos en casa. Es comprensible. Se les echó de menos. A todos los que se inscribieron y no pudieron acudir se les espera en la próxima edición y a los que aún así se colocaron el dorsal no queda otra que agradecerles la osadía.

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Papás de la mano con sus hijos, chubasqueros, familias, grupos de amigos… Corriendo o andando se dieron la primera vuelta de la mañana sobre un circuito que con salida a la altura del edificio de la Delegación de Hacienda, a través del Paseo de Pereda, llegaba hasta el inicio de la cuesta del Gas donde se giraba para volver de nuevo en sentido inverso. Un paseo paralelo a la bahía.

Por sus propias características este primer tramo está diseñado para que pueda correrlo todo el mundo.Y así fue; muchos entraron riéndose y buscando su mejor cara para salir atractivos en la foto y poder así alardear después. Diego Cuadrado levantó el pie en los últimos metros y Lucía García, las más rápida entre las chicas, tampoco le dio tiempo al cuerpo a que se quedase frío.

Y de repente… Tregua. La lluvia dejó de entorpecer los sueños de algunos valientes y el cielo se abrió. En ese momento muchos de los corredores camuflados tras abrigos y sudaderas comenzaron a despojarse de las prendas y a sumarse a la fiesta. Fue como si con las nubes se hubiese ido también el temor a pasar más frío de la cuenta. Y en esas hasta salió algún rayo de sol. Fue como una coartada perfecta para que los familiares, ataviados con el paraguas en las cunetas y las vallas no se enfadasen demasiado con los suyos por atreverse a disfrutar. Incluso tuvieron la esperanza de que la meteorología fuera amable con los cerca de 500 corredores que calentaban a escasos metros de la línea de salida. Aunque lo intuían, nadie sabía a ciencia cierta que quedaba alguna granizada por caer. Cosas del directo. Los corredores de la prueba de cinco kilómetros y los de la de diez compartieron la salida.

Claro que estas condiciones dan más lustre a la victoria de María Eugenia Torre, que con un tiempo de 17.13 se impuso a Paula García (18.07) y a Sonia Solar (18.13). Esos 17.13 de Torre son la segunda mejor marca femenina de la historia en unos cinco kilómetros disputados en Santander. Un dato quizá anecdótico, pero la cántabra se queda para sí el prestigio de saber que sólo una vez se corrió más rápido en la ciudad, independientemente del circuito sobre el que se trazaran esos 5.000 metros.

A tan sólo dos segundos de su mejor marca

Diego Cuadrado (14.41) se quedó a tan solo dos segundos de su mejor marca en la cita, aunque el recorrido ha cambiado en algún giro y rotonda. En cualquier caso un registro espectacular para la ocasión. Segundo fue el joven Jorge Ruiz (16.03) y tercero, Rubén Lavín (17.07).

Y si exigente fue recorrer 5.000 metros más del doble –aunque las matemáticas digan lo contrario– lo fue correr sobre 10.000 metros. Lo de subir la cuesta del Gas y darle la vuelta al Palacio de la Magdalena con lo que supone el repechón de caballerizas y la vuelta hasta enfilar el paseo de Reina Victoria ya era de por sí un reto. Pues además… Granizos. Sin embargo cada uno se lo tomó a su manera;unos rápido, otros de charla con el colega, los hubo también que le desafiaron al reloj con la marca del año pasado como objetivo… Entre las chicas, Hester Hill se impuso a Merche Palacios y a Natalia Sainz de la Maza. La ganadora, de paso por Cantabria, se trata de una ciudadana inglesa que acostumbra a correr seis o siete kilómetros y que se atrevió con los diez. «Ha sido muy bonito. La gente animaba, llovía pero no hacía frió. Lo he pasado muy bien», señaló en manga corta y con coloretes en los papos recordando de donde viene. Encantada de la vida. Su sonrisa contagió a muchos de los presentes que agradecieron el buen talante de la británica.

En la categoría masculina también recibieron el reconocimiento de los aficionados y curiosos. El ganador fue Rafael Cobo (Mainsa Sapporo) que se marchó con Adrián Acevedo (Cárcobas) muy pronto y juntos hicieron camino. «En las cuestas se me iba», reconocía Acevedo en la línea de meta y es que Cobo lleva una progresión espectacular. El atleta del Mainsa Sapporo, un todoterreno en distancias de cinco kilómetros, diez, media maratón y que incluso este año debutó en Sevilla sobre los famosos 42 kilómetros. Cobo detuvo el reloj en 33 minutos pelados que pasa por ser su mejor marca en la distancia. Adrián Acebedo e Iván Hierro le acompañaron en el podio masculino en la distancia larga.

Un rosario de corredores dibujaron el final de la jornada. Suspiros, jadeos y muchas risas. Porque nadie quería salir feo en la foto de la llegada. Esa foto que luego servirá de estímulo para no pederse la próxima cita. Cuando sea.

En la entrega de premios estuvieron los representantes de El Diario Montañés, la Peña Fondo, Liberbank y el Ayuntamiento de Santander con la alcaldesa Gema Igual a la cabeza: «Es un placer pasar la mañana con todos vosotros. Agradezco la valentía y ganas de todos los participantes y el esfuerzo de los organizadores por contribuir a que la ciudad pueda tener también jornadas como la de hoy», aseguró desde el podio mientras se retrataban para el recuerdo, en familia, los ganadores. La fiesta del atletismo superó como pudo a la inoportuna lluvia y el insolente temporal, a quien nadie invitó y quiso deslucir el espectáculo. Pero a los corredores de hoy en día les han dado cuerda y el frío no puede con ellos.