«Para líderar, el primer paso es observar; cuanto más a gusto está una persona en su puesto laboral, está satisfecho y se siente feliz, mejor es la cuenta de resultados. No se trata de que esté jugando al parchís, sino de que se sientan realizadas en el trabajo que hacen». Así ha comenzado su intervención en el Foro Económico de El Diario Montañés, el CEO y fundador de Be Magic, Íñigo Sáenz de Urturi.
«Los líderes son los que tiran del carro», ha dicho, para después preguntar: ¿Cuantos hay aquí? «Que bajen la mano los jefes, los que tienen hijos… Somos líderes por el hecho de guiar a una persona. Todos vosotros lo sois», ha explicado a los presentes.
Hay una frase de la que Sáenz se declara fan: «El que quiera ser líder que sea servidor de todos. Un jefe no está ahí para que le hagan la ola».
¿Cuál es la chispa de la vida? Según el mago de la comunicación, la «incertidumbre». ¿Por qué? Porque es lo que nos hace salir de la zona de confort. «Ya sea visitar un país, cambiar de coche, aprender un idioma…». Experiencias que -a veces sin detectarlo- nos hacen estar más vivos. ‘Pero’. Siempre hay uno. En la zona de confort, a veces, te puedes topar con un muro llamado miedo: «El cobarde y el valiente tienen miedo, pero el segundo se atreve a dar el paso».
Y uno de los miedos más conocidos, según Sáenz, es el del éxito porque el crecimiento «es tan rápido que no da tiempo a adaptarse y se terminan cometiendo errores». La solución pasa por crecer de forma «intergral».
La palmada en la espalda
Tras la seguridad y la incertidumbre, la tercera necesidad a satisfacer en un equipo es la «importancia personal». Es decir, el ego de las personas. Para el fundador de Be Magic, la mayor moneda que podemos dar a los diferentes equipos es el reconocimiento. «Cuando generamos confianza en nuestro entorno de trabajo, hay una barrera que se rompe», señala.
¿Y los millenials? ¿Qué pasa con ellos? Según Sáenz tienen un perfil muy definido. Han crecido con unas estructuras totalmente distintas a las de generaciones anteriores, «odian» la figura del jefe impositivo, el que dice qué hacer y «tratan de usar la creatividad para solucionar el problema». En definitiva, «no podemos seguir con lo que ya se hacía sino adaptarnos hacia lo que ocurre en nuestro entorno».
Cuarta necesidad: la conexión
El ser humano es «gregario y se quiere conectar con los demás», con quienes piensan y coinciden. Por eso, para conseguir la fidelidad del votante, comprador o cliente, «solo tenéis que satisfacer tres necesidades para crear adicción».
Para comprender mejor este punto, Sáenz ha puesto un ejemplo de esa adicción a través de un elemento que todos manejamos de manera continua: el teléfono y la nomofobia (adicción al móvil). «Da seguridad para comunicarte o para saber que has enviado algo; proporciona incertidumbre, estás descubriendo cosas todo el día; te da importancia, cuesta un dinero y te da conexión constante».
La comunicación oral
«El 60% de las personas son visuales», dice el CEO. Mueven las manos, hablan deprisa y manejan muchas ideas. Otro tanto de ciudadanos son «auditivos», no se mueven tanto en el espacio, sus manos nunca superan la altura de los oídos y eligen muy bien lo que van a decir. Tienen, según Sáenz, la respiración más profunda y su voz es «musical».
El tercer perfil es la persona «kinestésica». Aquella que no establece contacto visual, «y no solo resulta que es tímido sino que habla gesticulando hacia sí mismo, muy lento y se centran en el feeling de las cosas que le llegan. Tienen tendencia a tocarte y a establecer contacto físico». Por ejemplo, «un visual lo tiene muy difícil para comunicarse con un kinestésico».
Las emociones básicas
Ante la atenta mirada de los presentes en el Foro Económico, Iñigo Sáenz de Urturi ha desgranado las emociones básicas del ser humano, como el miedo, la alegría, la tristeza, la sorpresa, el asco, la culpa… Pero ojo, hasta 2013. En ese momento, el investigador Miguel Aguado, expuso que las emociones básicas en realidad son más porque añadió la curiosidad, la admiración y la seguridad. «Las personas no van a tomar una decisión inteligente si están en las tres últimas. No se incluye la alegría porque tiene un extremo que es la euforia», explica Sáenz.
La figura del líder
Esta frase podría resumir la ponencia del fundador de Be Magic: «Un líder sin humildad no puede llevar un equipo hacia delante».
A un líder -que debe tener la visión de dónde estamos y hacia dónde vamos- se le reconoce por su comportamiento, por cómo estimula a la organización, recurriendo a la educación emocional. El secreto, según Sáenz, es hacer que crezcan como personas e invertir en su desarrollo personal para que sean las mejores personas que puedan ser. ¿Qué pasa cuando el líder consigue crear este ambiente? «Que se genera la magia corporativa».
«¿Puedes tener una gran corporación si te llevas mal con la gente?», preguntó a su audicencia. «No», sin embargo, «si creas ilusión, curiosidad, sorpresa, lo que genera un mago en el escenario, es cuando estás consiguiendo la magia corporativa», explicó.
Trabajar con la psicología de la magia una materia en la que Sáenz de Urturi es un referente, da, según sus palabras, un rendimiento espectacular. «No hablamos de sacar una paloma de una chistera, sino de los que sucede en el cerebro de la persona cuando ocurre algo mágico. Imaginad ese sentimiento de fascinación en tu equipo«.
La comunicación es técnica, se aprende y se trabaja, pero en ella entra también el estilo personal de cada uno. «Es un arte el de la oratoria», señaló el vitoriano, acostumbrado a trabajar con todo tipo de organizaciones.
Sobre la otra parte del fenómeno, el fracaso, indicó que «sucede porque sí, no hay que alentarlo». «Tenemos que aprender a vivir con él y darle el significado adecuado, dando la vuelta a la tortilla. Con el éxito no se aprende nada».
Finalmente, Sáenz de Urturi afirmó que «desarrollar nuestras virtudes es un compromiso de autodisciplina; no es difícil pero hay que darse la oportunidad. Si creces, tu interpertación del mundo cambia«