Por la puerta grande. La primera edición de “Las Cocinas del Jubileo” finalizó a primera hora de la tarde del pasado 15 de octubre con un balance positivo para los hosteleros participantes – algunos sirvieron más de un millar de tapas – y para el público que asistió en los últimos tres días a este festival gastronómico que ha convertido La Corredera en un gran salón de celebraciones. Los hosteleros, así como los responsables de los stands de los cuatro patronos de la Fundación Camino de la Cruz que participaron – Reina, El Pozo, Salzillo y Estrella de Levante –, destacaron la excelente organización y la buena imagen que pudieron dar de sus productos y sus ofertas gastronómicas. Entre el público ya se preguntaba si habría una próxima edición del próximo año.

Habrá que esperar. La última jornada se inició con la ponencia de Encar Serrano, de la Despensa del Peregrino, que comunicó como han transformado una carnicería tradicional en un espacio donde saborear el embutido de fabricación propia junto a carnes que se dan a probar en el mismo establecimiento. A continuación, el turno fue para José Sánchez Alcaraz, que dirigió una cata de vinos de la Denominación de Origen de Bullas; un rosado y ocho tintos que fue presentando con citas del Arcipreste de Hita y de Quevedo para subrayar las características del vino.

Mientras que preparaba su demostración el chef José Carlos Fuentes, cocinero que cuenta con una estrella Michelín, el público ya empezaba a llegar a La Corredera para iniciar el recorrido por el medio centenar de tapas y postres que se ofrecían en los diferentes mostradores. Fuentes, del restaurante Tierra, de Valdepalacios (Toledo), antes de cocinar dio a probar bombones de chocolate con chorizo para dar paso a la elaboración, primero, de un tartar de gamba roja con tinta de calamar y toques cítricos y, después, de un guisado de morro y rabo de cerdo ibérico con rebozuelos.

Los cuatro talleres del programa de Mini Gourmet congregaron a más de un centenar de niños dispuestos a meter sus pequeñas manos en la masa para hacer piruletas de chocolate, divertidas galletas o brochetas con frutas de temporada. Mientras los futuros chef, atendidos por el equipo coordinado por Pedro Pedreño, elaboraban sus productos, los mayores ya se arremolinaban alrededor de los mostradores y hacían colas para comprar los tickets ‘solidarios’ de los productos ofrecidos por El Pozo, Salzillo, Estrella de Levante y Reina, que se entregarán directamente, y en su totalidad, a la asociación APCOM, que atiende a discapacitados intelectuales de la comarca del Noroeste.

Los hosteleros daban por buenos los resultados de esta novedosa experiencia que ha permitido dar a conocer sus productos a una clientela procedente de la localidad, de la comarca y de otras localidades de la región. La creatividad de algunas propuestas llamaba la atención y hacía que algunas de ellas se agotasen poco después de levantar las persianas. La innovación se mezclaba con otros platos típicos como el arroz y las migas que, en algunos stands eran los primeros productos en acabarse, como también las empanadas de ciervo, las carrilleras y un largo elenco de tapas que fueron despertando el hambre para después mitigarlo poco a poco. Quienes decidieron sustituir por un día la mesa del comedor de casa o el salón de un restaurante, por el paseo gastronómico de ‘Las Cocinas del Jubileo’ pudieron poner el punto final saboreando los postres ofrecidos en algunos mostradores. El café marcó el punto de inflexión para los que decidieron terminar con un buen combinando a base de licores y refrescos.

Caravaca, capital gastronómica de la Región con ‘Las Cocinas del Jubileo’