Resulta complicado en estos momentos explicarle a un hijo que su futuro sociolaboral no será tan bueno como el de su padre. Nos encontramos en pleno cambio de ciclo y aún no sabemos cuál sera la salida. Varias generaciones de las últimas décadas han ido mejorando la una sobre la otra, sin embargo, las expectativas que se ciernen ahora sobre el nuevo relevo generacional no son tan positivas. ¿Por qué?. El ex ministro de Justicia, profesor, empresario y abogado, José María Michavila, lo ha explicado de manera muy clara este miércoles en Cádiz durante la conferencia que ha pronunciado en el marco de la Mirada Económica, organizada por LA VOZ-ABC y celebrada en el Parador Atlántico con el patrocinio de Alesur, Hidralia, Caja Rural del Sur, Viesgo, Heineken, Paradores, Puerto de Cádiz, Azvi, Bayport, Eurinse y Airtificial.

Michavila ha hecho un repaso de la evolución de la democracia advirtiendo que ha empezado una nueva etapa que ha tenido su origen a partir de varios acontecimientos históricos. Algunos sitúan el fin de lo que hemos conocido desde la revolución francesa como Edad Contemporánea justo en 1989 con la caída del muro de Berlín, para otros, el inicio de este nuevo tiempo se escribe tras el 11-S de 2001, con la destrucción de la torres gemelas, mientras que para otros, la nueva etapa surge con la aparición de internet en nuestras vidas. En cualquier caso, según Michavila, hemos pasado de la Edad Contemporánea a lo que podemos denominar Edad Democrática.

Ver galería de imágenes

Sin embargo, la evolución de la democracia, la mejor fórmula para la convivencia, tiene altibajos y estamos, precisamente, en uno de esos momentos críticos, motivado por el hatrtazgo social de la política y de los políticos. La crisis de 2008 y la herencia que dejó este varapalo económico en miles de hogares españoles tiene mucho que ver con la situación que vivimos ahora y que ha sido aprovechada por el populismo. El desencanto y la decepción han provocado el nacimiento de las corrientes extremas y, por tanto, una regresión de la vida democrática.

Michavila desarrolló su carrera política entre los años 2000 y 2009 en la que ocupó, entre otros cargos, la secretaría de Estado de Justicia y la cartera de Justicia con el Gobierno de Aznar. Su conferencia de este miércoles en Cádiz llevaba por título ‘Triunfo democrático, crisis económica y regeneración del sistema’ y ha servido para repasar de forma histórica cómo los países bajo la opción política de la democracia ganan en libertad, prosperidad, desarrollo y estado del bienestar, aunque hay excepciones, como es el caso de Venezuela o Turquía, “donde las urnas pueden derivar en totalitarismo”. Michavila ha señalado que en 1980 solo había en el planeta unos 30 países bajo el régimen democrático y ahora hay 121, “pero los que atraviesan una crisis del sistema son, precisamente, los más antiguos”, mientras que los que se han incorporado recientemente empiezan a desarrollar su crecimiento económico.

La destrucción de las instituciones

Con todo este planteamiento, el profesor Michavila ha destacado quela crisis económica marca un antes y un después en países como España, Estados Unidos, Grecia o Italia donde sus efectos han dañado seriamente a la democracia con movimientos populistas. Señala que de esta crisis ha salido una nueva generación de políticos que se ha subido a las instituciones “para destruir las instituciones”, es decir, ya no hay confrontación o debate sino escándalos que nos llevan al y tu más.

Michavila ha hecho referencia al giro que ha dado Estados Unidos en su línea política con la elección de Donald Trump, una persona que surge fruto del desencanto social y que, aunque es demócrata, tiene un perfil autoritario. El Brexit, según el exministro, es el resultado también de otro desencanto social y político en Reino Unido con un marcado perfil populista, con el agravante de que los ingleses tienen ahora un grave problema por delante que marcará el futuro de las nuevas generaciones.

En el caso de España, el exministro ha sido claro al destacar que nuestro país tiene metido el virus de la insatisfacción y, por ello, resulta prioritario devolver el prestigio a los partidos y a las instituciones, “porque sin partidos y sin instituciones sólidas no hay democracia”.

En este sentido Michavila ha explicado la necesidad de abandonar la política en el mejor momento, es decir, no esperar a que te echen. Hay que saber retirarse a tiempo. Michavila abandonó la política en 2009 para continuar con su despacho y orientar su vida laboral hacia el asesoramiento. Insiste en que un político no puede dedicarse a la política de por vida y apela a que la nueva ornada de gestores de lo público sea gente con responsabilidad social y empresarial.