El agua sigue siendo el principal factor de preocupación en un sector que, lejos de estancarse, se motiva cada vez más para adaptarse a nuevos modos de producción, a una agricultura más limpia y respetuosa con el medio ambiente y a unos mercados que cambian a una velocidad de vértigo. El sector agroalimentario no deja de buscar nuevas fórmulas de eficiencia. La posible limitación de la mano de obra, la necesidad de establecer un precio mínimo garantizado, las fluctuaciones del mercado y la ley de la oferta y la demanda hacen que la innovación y la tecnología sean cada vez más necesarias. Se acumulan los retos, pero también hay soluciones. Con las nuevas tecnologías y el ‘know how’ acumulado, la agricultura regional puede dar un salto estratégico de 20 o 30 años para seguir a la vanguardia del sector

El foro organizado por ‘La Verdad’ y Cajamar reunió a destacados representantes del mundo del agro para analizar la situación actual, moderado por Manuel Buitrago, jefe de área de Local de ‘La Verdad’. «Es el sector más dinámico de toda España. No está estancado, pero sí que necesita terminar de adaptarse o configurarse en los mercados», señaló el consejero de Agricultura, Miguel Ángel del Amor, quien no ocultó la «preocupación clara» que existe en estos momentos sobre el Trasvase Tajo-Segura. «Quiero pensar que no estamos en el punto de partida, y debo recordar que se estaba cerca de alcanzar un pacto nacional del agua. El problema ahora es que no hay ‘feeback’ con el Ministerio y no sabemos a qué atenernos». El consejero recalcó el carácter deficitario de la cuenca del Segura, en contra de las palabras de la ministra, y recordó que PP y PSOE aprobaron recientemente el trasvase Tinto-Odiel, en Andalucía. Entre los participantes del foro hubo coincidencia en que la ministra Teresa Ribera «está jugando con el pan de muchos murcianos, alicantinos y almerienses».

 El agro tiene más tareas pendientes además del agua, como es su organización. «El sector sigue creciendo pero de una manera desordenada. Somos mucha gente ofertando y muy poca gente comprando y eso hace que la cadena se resienta, señaló Juan Marín, presidente de Proexport, para quien la reordenación de la distribución es otra de las claves. Santiago Martínez, presidente de Fecoam, coincidió en esa apreciación, a la vez que introdujo más enfoques en el debate: «Seguramente somos el sector que más ha investigado y progresado de todos, aparte de la Medicina. Hemos conseguido mercado y seguridad alimentaria, pero carecemos de algo que nos está matando, que es el agua», añadió. Martínez apostilló que le ve «muy mala pinta» al Trasvase Tajo-Segura.

Siempre innovando

Sin embargo, a pesar de las limitaciones, la Región de Murcia es pionera en investigación agroalimentaria y en la búsqueda de nuevas alternativas, estando siempre en continua evolución. Para José María Montalbán, director comercial de NGS, la tecnología tiene la solución para los retos estratégicos, como el agua, la mano de obra y la rentabilidad, aunque «la gran cuestión es que el sector los adopte». «Apostar por estas nuevas tecnologías supondría un salto estratégico importante para el sector que no solo daría respuesta a los retos, sino que pondría a la Región en una posición ventajosa frente a la competencia, porque estaría aportando una producción más limpia, sostenible y segura». «Murcia tiene la posibilidad de no solo de defender esa bandera de región de referencia en la horticultura, sino que le daría una lección al mundo dando un salto estratégico de 20 o 30 años», añadió Montalbán.

El propio sector es el que tiene que poner orden y evolucionar en todos los aspectos, ya que «el debate debe de estar en la empresa y no la política», indicó Joaquín Gómez, presidente de Apoexpa. Al igual que Juan Marín, explicó que está creciendo en otros países europeos la tendencia de consumir primero sus propios productos y de fomentar los ciclos cortos de producción, el llamado ‘grow local’. La tecnología y la política de reducir la contaminación y la huella de carbono propician cambios en los mercados y en el consumo. «Una de nuestras fortalezas ha sido exportar, pero otros países están consumiendo sus propios productos», indicó Juan Marín. Gómez advirtió de la transformación vertiginosa en los mercados, a lo cual añadió Marín la concentración de las grandes cadenas de distribución.

Diego González, director territorial de Cajamar de la Región de Murcia, defendió que «las cosas se están haciendo bien» y que ve al sector muy sensibilizado con los nuevos mercados. «Financieramente, vemos que aquellas empresas que consiguen avanzar en tecnologías y adaptarse están funcionando mejor», añadió. González apostilló que al sector nunca le faltará el apoyo financiero de Cajamar, y enfatizó que la agricultura del Sureste y del Levante «es rentable per se» y no necesita estar subvencionada.

El valor añadido

Otro de los puntos abordados fue el continuo movimiento del mercado exterior, que repercute en la rentabilidad, lo que se traduce en fluctuaciones de precios. «Hay problemas de rentabilidad y competitividad. Las rentabilidades están tan ajustadas que un céntimo te tumba la campaña o te la salva», recordó José María Montalbán. Para Santiago Martínez, «puede cambiar todo de un mes a otro en la agroalimentación», condicionado además de por los mercados, por el propio clima.

«La campaña de verano demuestra la ley de oferta y demanda. La concentración de la oferta solo se hace con variedades protegidas, lo que pasa en los cítricos y en el mundo de la uva, donde diez empresas de la Región de Murcia tienen el 90% de la uva que existe en toda Europa. Una comunidad como la nuestra solo puede concentrar su oferta innovando», añadió Gómez. En su opinión, otro de los factores a tener en cuenta es la limitación de la mano de obra en determinadas producciones.

Para Jesús López, gerente del sector agroalimentario de Cajamar, los límites en materia de rentabilidad pasan también por el valor añadido. La industria agroalimentaria de transformación multiplica fuera el valor de la producción agraria, cuando en España solo se incrementa en un 10%. «Eso hay que trabajarlo. No podemos quedarnos siendo un país en el que solo crece un 10% el valor del producto agrario, cuando fuera es un 50%». López recalcó que en España no se llega a este último valor añadido, que es el que genera un mayor porcentaje. Establecer un precio mínimo garantizado es otro reto para el sector, tal y como indicó Miguel Ángel del Amor.

Invertir en conocimiento

Invertir en conocimiento supondría una garantía para «ser más grandes». Desde Cajamar confían en la transmisión de conocimiento y en que este se aplique al sector. Para José María Montalbán, la Región de Murcia tiene potencial para «vender conocimiento». «Si Murcia exportara ese ‘know how’ estaríamos hablando de un sector completamente nuevo», matizó. Desde la entidad financiera mostraron su apoyo a todas las empresas del sector que apuesten por iniciativas de internacionalización. «No solo tenemos que pensar en producir sino también en vender lo que estamos produciendo. «En Murcia hemos hecho uno de los deberes más importante, hemos afrontado una reconversión varietal y modernización de explotaciones».