El papel de la cultura en la explotación de la Marca España por el mundo ha sido el centro del debate en la quinta edición del Observatorio ABC – Marca España. Con la presencia de José María Lassalle, secretario de Estado de Cultura, Enrique Cerezo, presidente de EGEDA, José Crehueras, vicepresidente del Grupo Planeta, José Miguel Fernández-Sastrón, vicepresidente de la SGAE, y Migue Zugaza, director del Museo del Prado, la mesa redonda ha repasado el estado de la cultura en España y ha incidido en la importancia que tiene esta industria en el desarrollo de la Marca España fuera de nuestras fronteras.

Ante numerosos representantes del mundo de la cultura y la comunicación, Lassalle ha definido al sector como uno de los principales soportes de la Marca España. Según el secretario de Estado, la relevancia histórica y de la lengua española en el mundo es una fuente inagotable de beneficios para la Marca España. “Lo que nos hace visibles es nuestra cultura, es lo que nos diferencia del resto. Altamira, Alhambra, Cervantes, Picasso, La Sagrada Familia, Buñuel, etc. Todo eso nos pone en el mapa. Y se dice en español”, ha señalado Lassalle en la apertura del evento.

Según ha apuntado Zugaza, “la Marca España, fundamentalmente, es la cultura”, mientras que Crehueras ha revisado la labor cultural española a través de los beneficios que tiene una lengua hablada por 500 millones de personas en todo el mundo. Esta ponencia ha marcado el devenir de la mesa redonda, pues Fernández-Sastrón también ha destacado a la lengua española como “el gran argumento cultural de España”.

A pesar de esta defensa de la cultura, Lassalle ha querido insistir en las dificultades que encuentra la cultura para desarrollarse en España. La laxitud de un marco de seguridad apropiado, la falta de unos modelos de negocio consolidados, la excesiva dependencia de las subvenciones y las duplicidades en competencias de las administraciones públicas, lastran el hecho cultural. Sin embargo, ha mostrado su voluntad e intención de cambiar, en un periodo de dos años, un marco legislativo poco protector con los responsables de la cultura en España.

Por último, el foro ha resaltado la unión en las peticiones de los diferentes sectores de la industria cultural. La falta de un código punitivo frente a la piratería y los nuevos soportes (Internet), los problemas educacionales y comunicativos y la escasa empatía social son las principales quejas del sector, uno de los principales en cuanto a relevancia sobre el PIB español. “Si la cultura se valorase como es debido, políticamente se trataría con más cautela”, ha señalado finalmente Fernández-Santos, mientras Cerezo ha recordado quiénes son los responsables de la cultura en España: “Si no protegemos al autor, van a desaparecer”.