Para el presidente de la Junta de Extremadura, Guillermo Fernández Vara, estamos en un «momento clave» para posicionarse en el sector energético, «un mercado donde la región se juega parte de su futuro». Según Vara, de aquí al año 2030 hay que instalar 20.000 megavatios (Mw) de energía fotovoltaica y ya se han instalado 2.000. Para el jefe del ejecutivo autonómico esto es «una tarta», según sus palabras, donde Extremadura debe moverse para conseguir la mayor porción posible. Así lo explicó ayer en el hotel NH de Badajoz, donde intervino durante un desayuno informativo organizado por el Banco Santander y el Diario HOY.

El presidente de la Junta no pasa por alto que en Madrid hay un gobierno afín que ha creado además un Ministerio para la Transición Ecológica. Ayer Vara subrayó ante empresarios y directivos que a esta región le sobra sol y territorio, de ahí la apuesta necesaria por las energías alternativas y la simplificación administrativa que atraiga grandes proyectos. «Si creamos sector, y este sector se está creando, este sector se perpetúa», señaló ayer en referencia a las energías limpias alternativas. Para el socialista, el cambio climático es una realidad y las respuestas al mismo se van a tomar sí o sí. «Será nuestra generación la que va a ver la sustitución de coches diésel por no diésel, y de coches tradicionales por coches eléctricos. La movilidad eléctrica era un sueño y va a dejar de serlo, y que el Ayuntamiento y la Diputación de Badajoz estén comprando coches eléctricos es porque saben que ese es el futuro y eso significa estar en uno de los sectores tractores de la economía de Extremadura y de España».

El presidente extremeño defendió que se suba la carga fiscal al gasoil para el transporte no profesional. En cuanto a Almaraz, reconoció que la energía nuclear pertenece al pasado, si bien considera que antes del cierre de esta central se ha de buscar una alternativa económica en la zona. «No somos ni Garoña ni Zorita, y si no está la alternativa no se cierra. Pero no quiero pasarme la vida abrazado a un almacén de residuos nucleares», declaró.

Vara considera que Extremadura debe trabajar en la nueva planificación eléctrica de este país. «Ahí nos jugamos casi todo -insistió- y si nosotros conseguimos una adecuada planificación eléctrica para el año 2020 hasta el 2030 podemos tener aquí un sector perfectamente establecido que genere miles de empleos y que se especialice en la construcción de este tipo de recursos para luego poder salir a otras partes de España y del mundo».

Terminar la EX-A1

Fernández Vara abordó también otro gran asunto pendiente como son las infraestructuras. Calificó de «buena noticia» el inicio de las obras del ferrocarril Lisboa-Badajoz, el cual, dijo, da sentido a la línea Badajoz-Madrid. Y detalló que ya se ha producido la adjudicación en territorio portugués del tramo entre Elvas y la frontera, así como la licitación del tramo entre Elvas y Évora.

En cuanto al trazado extremeño, Vara aseguró que a finales de año estará terminada la obra entre Badajoz y Oropesa, trayecto que, según dijo, será electrificado a mediados de 2020, fecha a partir de la cual se reducirá considerablemente la duración del viaje entre Extremadura y la capital, aunque ese tren aún funcione a dos velocidades debido a los retrasos en la parte de Castilla la Mancha.

En clave regional, confió en que la Junta de Extremadura pueda tener listos los presupuestos a finales de octubre para que estén aprobados antes de que finalice el año. Preguntado por lo que recogen en materia de infraestructuras, Vara no se refirió en ningún momento a la carretera entre Cáceres y Badajoz que cada vez se reclama desde más sectores, pero sí habló de completar la autovía entre Moraleja (Cáceres) y Portugal, la cual da continuidad a la EX-A1 que llega hasta Navalmoral de la Mata. Otra idea que su ejecutivo incluirá en la próxima ley de presupuestos está relacionada con la depuración de las aguas de los pequeños núcleos rurales, para lo cual se trabaja en un sistema de concesión para que sea la empresa privada la que construya, iniciativa que trata de consensuar con las confederaciones hidrográficas del Tajo y el Guadiana.

La azucarera planteada en Mérida por parte de una multinacional también suscitó ayer el interés entre los asistentes. Vara aclaró que desde Extremadura se había hecho todo lo posible, y que la última reunión ha sido con agricultores y cooperativas para confirmar que pueden aportar toda la remolacha que demanda el proyecto. También dijo que se han articulado todas las ayudas posibles para atraer la inversión. Sin embargo, la última decisión la tiene la multinacional, que está analizando los detalles financieros.

Para Vara es fundamental que en la región haya paz política y social si se quiere atraer a inversores. También incidió en la necesidad de simplificar trámites y adaptar las leyes para que grandes proyectos no encuentren trabas, dijo antes de referirse a la Legio, la Ley Extremeña de Grandes Instalaciones de Ocio que acaba de entrar en vigor este verano.

La justificación de Vara es que en el mundo las cartas se están repartiendo de nuevo. «La crisis ha roto el ‘status quo’ y en ese escenario Extremadura tiene unas oportunidades si sabe aprovecharlas en el campo legislativo. Nosotros no teníamos normas preparadas para lo grande, solo normas pensadas en lo pequeño, pero aquí no sobra nadie y necesitamos mayores empresas».

«¿Cómo podemos garantizar a los inversores que no les pasará lo mismo que a la isla de Valdecañas debido al nivel de proteccionismo ecológico que tenemos en Extremadura?», fue la primera pregunta del coloquio de ayer. Según Vara, «por eso estamos cambiando leyes, porque a veces lo que ha podido ser usado en nuestra contra eran normas previas que había. Ahora mismo el caso de Valdecañas sería imposible que ocurriera desde el punto de vista de los recursos y las decisiones judiciales».

Por otro lado, el presidente de la Junta se refirió ayer en Badajoz a otras iniciativas que prepara su equipo para los próximos meses, como un procedimiento legislativo basado en el silencio positivo. «Esto significa que si la Administración no responde es que sí. Cuesta mucho porque había mucha resistencia e inercias internas dentro de la propia Administración», admitió.

En este ámbito anunció más medidas de simplificación administrativa que tienen que ver con el urbanismo y el medio ambiente.

UEx, PAC y pensiones

Sobre las cuestiones que lastran el desarrollo de la región Vara no ahorró críticas a la ley de contratos públicos que entró en vigor en marzo. Ayer la calificó como «un sistema de subastas que va a romper muchas empresas». A su juicio es producto de una respuesta a la corrupción en España como si todos fuéramos corruptos, se quejó. En su opinión, no es eficaz ni operativa y así se lo hizo saber ya al presidente del Tribunal de Cuentas.

Vara también fue preguntado por qué se han paralizado las obras del hospital de Don Benito. «No se ha parado, lo que ocurre es que se cambió la ubicación y hubo que volver al anterior proyecto y al adaptarlo hay que ajustar los fondos. Nosotros no tenemos recursos con fondos propios, pero como hay que construirlo hay que buscar recursos en la Unión Europea. Una parte ya está en este Plan Operativo y cuando diseñemos el siguiente Plan Operativo irá el hospital de Don Benito-Villanueva».

Por último, celebró los últimos datos de turismo, sobre todo el extranjero, pero no concluyó su discurso sin mencionar otros grandes temas que también le preocupan, como el impulso que en su opinión necesita la Universidad de Extremadura, que el nuevo escenario de la Política Agraria Común se resuelva antes de las elecciones europeas de mayo o que la recaudación no baje para poder asegurar las pensiones del futuro.