El presidente de la patronal española, Antonio Garamendi, protagonizó el X Foro Empresarial de Gipuzkoa, organizado por El Diario Vasco junto a Laboral Kutxa y EY, en la Cámara de Comercio. Ante una nutrida representación del ámbito económico del territorio y de Euskadi, el empresario vizcaíno subrayó la voluntad de la organización que dirige de «dialogar y sentarse a hablar en todas las mesas». Justo, en el día en que, en Madrid, arrancaba la mesa del Diálogo Social sobre Empleo y Relaciones Laborales, con la primera reunión técnica para empezar a estructurar la modificación y derogación (así lo plantea el Gobierno) de la reforma laboral.
Precisamente sobre la contrareforma laboral giró buena parte del discurso de Garamendi, quien insistió en el convencimiento de la bondad de las conversaciones a tres bandas pero dejó claro que no se pueden plantear «locuras» puesto que, afirmó, se podría dejar de crear empleo. A esa y a cualquier mesa de diálogo, remachó, la CEOE acudirá siempre «desde la independencia» y con «sentido de Estado». «La lealtad institucional es clave», remachó.
El público, entre el que se encontraban el delegado del Gobierno en el País Vasco, Jesús Loza; el diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano, o los responsables forales de Promoción Económica, Hacienda, Proyectos Estratégicos o Infraestructuras, Imanol Lasa, Jabier Larrañaga, Ainhoa Aizpuru y Aintzane Oyarbide, respectivamente, siguió con atención las palabras de Garamendi, que dedicó unos minutos al reciente acuerdo con los sindicatos sobre la subida del Salario Mínimo Interprofesional (SMI) hasta los 950 euros.
En ese sentido, celebró que aunque siendo este asunto «una prerrogativa del Gobierno», se haya hecho mediante el consenso entre sindicatos y empresarios. Eso sí, no dejó pasar la oportunidad para recordar que un alza hasta los 1.000 euros (como constaba en el acuerdo para un Gobierno de coalición entre el PSOE y Unidas Podemos) «habría la negociación colectiva».
Básicamente, la letra pequeña del discurso del presidente de CEOE trasladaba el mensaje de que la organización patronal está dispuesta a dialogar, pero sin ‘locuras’ económicas que hagan ingobernables las empresas. «Adaptabilidad» para que el tejido productivo pueda hacer frente a los muchos desafíos que imperan en un mundo globalizado fue la palabra elegida por Garamendi como ‘leit motiv’ de sus demandas a la hora de sentarse con el resto de agentes sociales.
Al tiempo, el responsable de la patronal puso el acento en la importancia de cuidar a la industria que, aseguró, «es el mayor bien de una sociedad». En este punto, explicó que Euskadi y otros territorios con un elevado peso industrial en su PIB muestran claramente una mayor calidad de vida. También reclamó pausa y sosiego a la hora de acometer una transición ecológica que ha de hacerse, dijo, siempre sin descabalar a las empresas, que están más que dispuestas y convencidas de su importancia.
A lo largo de su intervención, Antonio Garamendi alabó sin ambages a los empresarios vascos, a los que dibujó como «un ejemplo» para todos. Además, el presidente de CEOE aplaudió de manera especial el proyecto de Adegi de levantar Fabrika como un centro de alto rendimiento para la transformación de la cultura de las empresas. «Donosti va a ser un faro espectacular en España y en el extranjero. Estáis lanzando un mensaje muy potente a un mundo que está cambiando hacia los proyectos en común y la transparencia», concluyó.