El presidente de Microsoft Latinoamérica y Vicepresidente Corporativo de Microsoft, César Cernuda, ofreció en el Hotel ABBA Playa de Gijón la ponencia ‘La cuarta Revolución Industrial: la Transformación Digital’ al que acudió una amplia representación del mundo empresarial, político e institucional.
Durante más de una hora detalló las claves de cómo las empresas deben enfrentarse a la era digital en su ponencia ‘La cuarta Revolución Industrial: la Transformación Digital’, en una jornada que organizó El Comercio en colaboración con Liberbank y que reunió en el hotel ABBA Playa de Gijón a una amplia representación del mundo empresarial, político e institucional de Asturias.
Desde el inicio de su ponencia, Cernuda quiso dejar claro que transformarse «no es nada fácil». Y más aún cuando algo funciona. Lo que asusta hoy a la sociedad del siglo XXI es dar el salto a la era digital y saber gestionar ese cambio. Microsoft lo hizo. «La compañía estaba saneada, pero tras 40 años nos dimos cuenta que teníamos que transformarnos. Es complicado y muy difícil cuando te van bien las cosas, pero vital si queríamos tener otras cuatro décadas de éxito». Microsoft no solo quiso cambiar, además quiso «liderar ese cambio». No hubiera podido hacerlo, matizó, «sin un cambio en la cultura de la empresa». Y esa es la clave para no quedarse atrás en la era digital. «Hay que definir la cultura concreta de las empresas. Es imprescindible», sentenció.
En el caso de Microsoft, relata, optaron por la «cultura del aprendizaje», lo que llaman «el ‘growth mindset’». Ese fue su punto de partida. Pero para que sea un éxito debe contener además varias premisas: «Debe ser genuina, debe conectar con la misión, honrar al pasado, todos deben participar, se debe partir de la base que no es una carrera, si no un recorrido, y es muy importante la comunicación con el cliente para contar de forma clara de qué se trata la transformación digital».
Hoy la compañía ya trabaja en su nube inteligente. Se trata de anticipar lo que va a pasar, de ser capaz de predecir lo que va a suceder en función de los datos. Ya hay ejemplos de lo que ha conseguido Microsoft gracias a su nube. En Brasil, el servicio de salud quería reducir errores y mejorar la atención al paciente de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI). Así, basados en un análisis de datos en la nube, explica Cernuda, los doctores reciben hoy en día información vital que les permite tomar mejores decisiones. De hecho ya hay un 21% infecciones menos en la UCI y han detectado un descenso de la mortalidad. En Chile, lo que comenzó como una plataforma digital para tramitar expedientes, se ha convertido en una aplicación donde los ciudadanos piden permisos de construcción. Se han recortado los tiempos y el trámite es «más transparente». En definitiva, «lo que antes requería 248 días, ahora se realiza solo en 28».
El sistema del futuro
Haciendo gala de esa anticipación que permite la nube de Microsoft, el presidente de la compañía en Latinoamérica adelantó qué puede pasar cuando una empresa decide cambiar su cultura para iniciar la transformación digital: «Un tercio de la gente dirá que cree en el cambio, otros que no lo entienden, pero que quieren aprender, y otro porcentaje que no se va a enterar». Y es que en su intervención insistió varias veces en que cambiar la cultura «es la única manera de comenzar la transformación digital». «Cuando se tiene éxito se piensa que se sabe todo, pero hay que seguir aprendiendo. Esa es nuestra cultura, la del aprendizaje, la cultura al cliente de que todos son iguales y de que la compañía no es un reino de taifas, no tiene que existir un sentido de la propiedad».
Para que las compañías puedan enfrentarse a ese cambio deben preguntarse «¿quiénes somos? ¿hacia dónde vamos? o ¿qué ocurre si desaparecemos?». Son las mismas cuestiones que en su día se hizo Microsoft antes de lanzarse al campo digital. En su intervención realizó además un exhaustivo análisis de cómo ha cambiado el mundo, qué está pasando en el sector y cómo deben canalizar ese cambio las empresas. Y explicó hacia donde camina el mundo de la tecnología y la informática. Lo hace, dijo, hacia «un mundo más personal» donde los «ordenadores van a aprender de nosotros y conocer nuestros hábitos» sin necesidad de programarlos. «Nos dirán», por ejemplo, «que tenemos que salir antes de casa de la hora habitual para llegar al trabajo a tiempo porque hay tráfico», o «nos avisará de que han cancelado nuestro vuelo». Toda esa información estará en el ordenador y serán precisamente esos datos «el sistema monetario del futuro». De momento está la nube.