Dentro del ciclo Encuentros LP-Sabadell, que organiza Las Provincias en colaboración con el banco Sabadell, tuvo lugar ayer tarde un foro de expertos que bajo el título ‘Encuentros para la investigación biomédica y salud humana’ llenó por completo el salón de actos del Palacio Colomina, sede del CEU- Cardenal Herrera en Valencia. Las ponencias de esta jornada fueron impartidas por seis prestigiosos investigadores y especialistas en la materia, que han dedicado su labor profesional a liderar proyectos para mejorar la calidad de vida humana. Los intervinientes expusieron sus últimas experiencias e investigaciones, así como los avances tecnológicos que se han producido para paliar gran parte de las enfermedades actuales.

Las conferencias se dividieron en dos bloques de ponentes, y antes de cada uno de ellos la moderadora, Salud Pedrós, hizo una breve introducción reseñando el currículum de los intervinientes. El primer bloque, en el que participaron Salvador Aliño, Montserrat Robles y Pilar Mateo, versó sobre biomedicina, prevención y tratamiento.Y en el segundo, con la participación de Dolors Sánchez, Rosa Valenzuela y Anna Lluch, se debatió sobre campos de actuación y detección precoz. La moderadora pidió también la colaboración de los asistentes para que formulasen algunas preguntas por escrito para que que la respondiera un experto o se generase debate entre ellos, como así ocurrió.

1401219433El especialista en Farmacología Clínica, Salvador Aliño, catedrático de esta especialidad en la Universitat de Valencia y farmacólogo clínico del Hospital La Fe de Valencia, habló de los beneficios farmacoterapéutico que ha generado el avance del conocimiento sobre el genoma humano.

«La farmacogenética es un pilar fundamental de la medicina personalizada de precisión, que se encuentra actualmente en desarrollo. Los fármacos no generan el mismo impacto en toda la población, pero el genoma dice lo que nosotros somos», aseguró.

«La terapia génica forma parte de las terapias avanzadas, junto con la terapia celular y la ingeniería tisular. En la actualidad ya se dispone de algunos medicamentos comerciales de terapia génica autorizados por la Agencia Mundial del Medicamento que están dando excelentes resultados. Si sabemos leer bien el genoma sabremos que fármaco va a ser el adecuado», afirmó.

Montserrat Robles, profesora de Ingeniería Biomédica e Ingeniería Informática de la Universitat Politècnica de València, es la creadora del grupo de investigación en informática biomédica ITACA, del que es directora desde 1999. Sus áreas de investigación abarcan la normalización e interoperatividad semántica de la historia clínica electrónica, la calidad de datos biomédicos, la minería de datos y el procesamiento de imagen médica. «En general, los datos de salud de una historia clínica se registran con una calidad variable y no se recogen o almacenan de manera coherente. Además, la adopción de estándares de interoperabilidad semántica está muy lejos de ser la ideal», aseguró Montserrat Robles.

«Trabajamos en diseñar un modelo de historia clínica estandarizada que pueda servir para todos los centros hospitalarios. Actualmente no pueden compartir la información porque cada centro tiene un sistema diferente y hemos desarrollado una labor muy interesante buscando estándares capaces de hacerlo compatibles», afirmó

«Sobre el proceso de atención al recién nacido, desde la gestación hasta los dos años de vida, trabajamos en un historial que integre aspectos clínicos sobre la salud de la madre y el bebé en cada uno de los contactos asistenciales; datos del contexto organizativo y análisis de calidad de datos para evaluar el grado de calidad de la asistencia mediante un conjunto de indicadores», aseguró la doctora Robles.

Aunque comenzó su carrera científica desarrollando productos anticorrosivos e ignífugos, Pilar Mateo pronto se dedicó a investigar sobre pinturas insecticidas. En concreto, patentó una pintura resinosa llamada Inesfly que incorporaba inhibidores de quinina o reguladores de crecimiento, eficaz para controlar directamente la presencia de artrópodos y las enfermedades que éstos transmiten. Mateo recordó sus inicios en la empresa de barnices de su padre y cómo desarrolló una pintura insecticida que creaba resistencia en los insectos. «Pero vinieron a buscarme de Bolivia para curar una enfermedad producida por un chinche y mi experiencia fue que en las casas no había paredes que pintar. Una de las prevenciones más importantes es la de luchar contra las enfermedades que transmiten los insectos. La gente se muere por las condiciones en las que está viviendo. Por eso tiene que haber una ciencia cada vez más cercana», aseguró Mateo.

«Vivir en la selva fue muy complicado porque no tenía apoyos absolutamente de nadie. Cuando hubo resultados vinieron unos inversores de África y hoy tengo una fábrica de alta producción en Ghana.Y aquí he creado un fábrica de microcapsulación y he multiplicado por cinco la plantilla de investigadores».

«Mi trabajo es controlar los insectos que viven en condiciones desfavorables. El ébola, por ejemplo, se consiguió atajar con higiene, no con medicamentos. Mi compromiso en la vida es que las empresas tienen que ser sociales», concluyó. Mateo es embajadora de honor de la Nación Guaraní, presidenta del Momim (Movimiento Mujeres Indígenas del Mundo) y presidenta de la Fundación Ciencia y Conocimiento en Acción.

Dolors Sánchez es responsable de la Unidad de Citogenómica prenatal y posnatal en Sistemas Genómicos (grupo ASCIRES). También es doctora en Biología, con especialidad en Bioquímica y está acreditada por la Asociación Española de Genética Humana, y miembro de la Sociedad Española de Genética Humana desde 2005. Inició su formación en la Universitat de València, que ha ido complementando a nivel nacional y con estancias internacionales, obteniendo formación especializada en aspectos de citogenética molecular y otras técnicas moleculares de secuenciación masiva.

«Mi empresa es integradora, quiere transmitir conocimientos y que lleguen ala sociedad. Trabajamos en analizar los genes para detectar el origen de las enfermedades. Tratamos que los datos se conecten para tener diagnósticos más certeros», aseguró. Añadió que»para eso es preciso hacer equipos multi disciplinares. Es cierto que las historias clínicas no están bien integradas y nuestro cometido es integrar todos los datos. Cubrimos toda la vida del ser humano desde la parte prenatal y posnatal hasta el final de su vida adulta. Los informes médicos deben ser sencillos y claros, interpretables y visualmente fáciles de comprender». «Otro de nuestros trabajos ha sido detectar enfermedades mediante marcadores genéticos en la sangra del paciente. Debemos integrar todas las tecnologías nuevas y tener todos los datos del paciente», afirmó Sánchez.

La CEO de la firma Innomedyx, Rosa Valenzuela, ha desarrollado su trayectoria profesional en la empresa privada, en instituciones públicas y centros universitarios de investigación. Su trabajo tiene contenidos estratégicos y técnicos y se centra en la gestión y dirección en un ámbito biotecnológico y sanitario. «Innomedyx desarrolla funciones de vigilancia tecnológica e inteligencia competitiva; diagnóstico tecnológico; asesoría en sistemas de gestión de la innovación; sistematización, coordinación y certificación de proyectos I+D+i», aseguró.

«Pero lo importante de la ciencia son las personas, si bien llevar la ciencia a los pacientes requiere de muchos recursos y ese es también nuestro trabajo. Para acercar la ciencia a la sociedad tenemos que generar oportunidades de negocio a través de la investigación y la innovación. El campus de La Fe nos sirve de plataforma para interactuar e intentamos gestionar soportes a través de los servicios tecnológicos y modelos de negocio que ofrecemos». «También somos una empresa social y tenemos un programa llamado Salud con Arte con el que recaudamos fondos para proyectos sociales. Nuestro trabajo lo centramos siempre en el paciente y para hacerlo bien necesitamos la colaboración de mucha gente».

La catedrática de Medicina en la Universitat deValència y jefa del Servicio de Hematología y Oncología del Hospital Clínico, Anna Lluch, es una de las especialistas en cáncer de mama más reconocidas dentro y fuera de nuestro país. Ha trabajado como investigadora en el Instituto Nazionale deiTumori de Milán, en el Laboratorio de Biología Experimental y el Hospital MD Anderson Cancer Center de Houston. Es también miembro de la Sociedad Española de Oncología Médica y de la American Society of Clinical Oncology, entre otros cargos de su extenso currículo.

Lluch señaló que hay que trasladar al paciente «un mensaje de optimismo, puesto que toda la investigación que de ha desarrollado en los últimos años ha mejorado muy notablemente la evolución de la enfermedad oncológica». «El proceso del diagnóstico es más importante que el del tratamiento, hoy en día. En oncología hace falta entender todas las nuevas tecnología para poder interpretar bien los datos. Para revertir la enfermedad tenemos que comprenderla y para eso están todas las tecnologías de las que se han hablado aquí. No sabemos cuáles son las causas del cáncer pero sabemos mucho de cómo se desarrolla». «También tenemos los actuales fármacos, que no matan las células malas pero también las buenas, como ocurría antes. Ahora son muy selectivos, por eso necesitamos tanto la investigación».

«Cada paciente precisa de un tratamiento en función del tipo de cáncer. Pero a los médicos nos faltan dos pilares que se irán implantando en las facultades con el tiempo. Uno es la biología molecular y el otro es la comunicación. Tenemos que saber comunicarnos con el paciente y nos hacen falta unas buenas dosis de empatía».

«Los oncólogos hemos evolucionado mucho incorporando las nuevas tecnologías a los tratamientos lo que permite que cáncer no sea igual a muerte. El 70% de los casos diagnosticados se curan. En el año 1900 apenas había cáncer porque la esperanza de vida era de 34 años y normalmente la población moría de diarreas», dijo.