En un marco temporal tan cambiante como desconocido, los sectores políticos y empresariales analizaron ayer en un foro organizado por SUR, la Fundación Unicaja y el Ayuntamiento de Málaga, la situación actual de la salida de Reino Unido de la Unión Europea, justo el mismo día en el que ambas instituciones acordaron reabrir las negociaciones para alcanzar un acuerdo satisfactorio tras el rechazo masivo del Parlamento Británico al plan presentado por Theresa May. En lo que a todas las voces coincidieron fue en que esta realidad desasosegante que viven en primera instancia los ciudadanos británicos (tanto los que viven en las Islas como los que residen fuera) y en segundo término el resto de países de la Unión, solo se puede combatir con una «dinámica positiva»; un término utilizado por el embajador británico en España, Simon Manley, y compartido por varios de los ponentes.
Lejos de aportar soluciones tan rápidas y concretas como irreales para los británicos residentes en España; los españoles que viven en Reino Unido; o para las inversiones en ambos sentidos, los expertos fueron desgranando los diversos escenarios que se pueden producir a partir del próximo 29 de marzo, que es cuando entra en fase de activación el ‘Brexit’, haya o no acuerdo para la salida. Precisamente, el miedo a un ‘Brexit duro’ fue otro de los elementos que rondaron en todos los discursos durante el foro, ya que las consecuencias podrían ser «terribles», afectando en primer término al Reino Unido, pero sin dejar de alcanzar a toda la Unión.
Según señaló Manley durante su intervención, para que el Parlamento pueda aprobar el acuerdo de salida hace falta hacer unos cambios esenciales, especialmente en lo referente a Irlanda del Norte. «Es importante que podamos firmar un acuerdo de retirada que confirme los derechos de los británicos en Málaga y que siente las bases para la futura relación bilateral. Vamos a proteger los derechos de los ciudadanos para que puedan seguir viviendo en España, y que los españoles puedan seguir haciendo lo mismo en Reino Unido», afirmó el embajador.
A su juicio, para que estos elementos puedan darse y se produzca una retirada «ordenada», se hace imprescindible la existencia de una «dinámica positiva» y una relación estrecha entre Reino Unido y –en este caso– España. «Hay que mirar al futuro pensando en la relación que queremos para nuestros hijos y nietos. Solo afrontando los retos juntos podremos superarlos», defendió el diplomático.
En cuanto a los escenarios para los próximos meses, la conclusión aportada por los expertos es la misma que el propio Gobierno de Reino Unido ha venido explicando desde la fallida votación del pasado mes de enero. Éstos pasan por situaciones que van de mayor a menor gravedad, o con consecuencias más o menos negativas. Según Eduardo Barrachina, presidente de la Cámara de Comercio de España en Reino Unido (y cuya ponencia fue seguida con especial atención), el 23 de febrero sería la última fecha para presentar un nuevo acuerdo, ya que la legislación británica precisa de prácticamente un mes para promulgar una ley, y ésta debe llegar antes del 29 de marzo. «Si no lo hay las únicas opciones son la excepción o prórroga del artículo 50, o bien un ‘Brexit’ duro», alertó.
Sobre el asunto que más trae de cabeza al Parlamento, el de la frontera de Irlanda del Norte (principal motivo de la derrota histórica de los ‘tories’ en la votación), Barrachina puso sobre la mesa la posibilidad de que este asunto no forme parte del acuerdo en sí, sino que sea un punto diferenciado. Además, descartó la posibilidad de un segundo referéndum; no solo por el riesgo de fractura, sino porque no cuenta con el apoyo mayoritario de Westminster a causa de la división de los partidos. Ni Corbyn ni May apuestan por él, pero parte de sus grupos sí.
«Las elecciones tampoco parecen una solución, porque lo más reciente es que May ganó la moción de confianza y el laborismo tampoco está tan fuerte como para darse por hecho una victoria», aseguró el empresario, que recordó que el Gobierno tiene una mayoría exigua basada en los parlamentarios de Irlanda del Norte.
Sobre el futuro comercial de las empresas españolas en Reino Unido –un punto crucial del foro debido a la enorme presencia de empresarios afectados por el ‘Brexit’–, el presidente de la Cámara de Comercio de España en Reino Unido aclaró que el Gobierno británico ha previsto que cuando se active el ‘Brexit’ el derecho inglés sea similar al europeo. «Las empresas pueden estar tranquilas», sostuvo, aunque también avisó de que es «imposible» lograr un acuerdo comercial antes del 29 de marzo.
«Se prevé un arancel del 0% al principio, aunque eso tampoco gusta a todos», matizó, para asegurar que los derechos de los trabajadores sí están garantizados. «Nunca volveremos a estar como ahora. Se puede aspirar a las relaciones mas estrechas, pero jamas a compartir un espacio como la Unión Europea. Haya o no acuerdo, el ‘Brexit’ no acaba en marzo. Serán años de estrategias, en la que exige entender que es un proceso que se va a dilatar en el tiempo», sentenció.