Aunque sea frecuente escuchar que los sesenta son los nuevos cuarenta, lo cierto es que nadie escapa al paso del tiempo, por lo menos de momento. La mejor calidad de vida y los avances médicos facilitan cumplir años con mejor salud, pero también han generado un nuevo debate en la sociedad sobre las tendencias en el cuidado de los mayores. Por este motivo, El Norte de Castilla y Clece Vitam organizaron una mesa debate, en la hemeroteca del diario, sobre ‘Un nuevo concepto residencial: residencia y apartamentos compartiendo espacio’.
Una sesión en la que participaron la especialista en Geriatría la doctora Rosa López Mongil; el presidente de la cooperativa Allegra Magna de Valladolid, José María Alaejos; la jefa de Servicios Sociales de Clece Vitam, Laura Cantero; la concejala de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Valladolid, Rafaela Romero, y Miguel Sánchez Zamora, socio del complejo Fuenteolivo. Precisamente, la puesta en marcha de este concepto residencial, Fuenteolivo, en el que compartirán espacio un centro geriátrico y apartamentos ocupados por personas mayores, sirvió de ejemplo para plantear una de las opciones que se presentan para las personas de más edad de cara a los próximos años.
En este sentido, Rosa López apuntó: «Estoy convencida de que mejorará la atención a este grupo de personas de mayor edad y facilitará la socialización y la convivencia». A lo que José María Alajeos añadió: «Francamente, tener los servicios al lado nos facilitará una mayor calidad de vida y disfrutar de los amigos». Para Laura Cantero de Clece Vitam, «lo que vemos es que los mayores tienen que ser libres de decidir dónde quieren vivir» y la combinación de residencia y apartamentos que plantea este complejo residencial permite «prestar la ayuda y los servicios que necesiten en cada momento». Además, «este sistema es una alternativa fantástica para evitar la soledad no deseada», indicó la concejala de Servicios Sociales.
Este complejo, pendiente de los últimos detalles para que los nuevos inquilinos puedan instalarse, se localiza en el centro de Valladolid y está practicamente listo para ser estrenado en las próximas semanas. En la misma ubicación, pero desde otro punto de entrada, estarán las unidades de convivencia que gestiona Clece Vitam, empresa que también se encargará de los servicios básicos sociosanitarios y de gestión y optativos del conjunto del complejo para su explotación y gestión. «Los pisos de servicios son muy buenos, desde el centro residencial les prestamos servicios para que puedan ser libres y tener dignidad», explicó Laura Cantero.
El primer complejo
En Castilla y León, el primer complejo construido fue el de Profuturo, en el Camino Viejo de Simancas, y precisamente la ideoneidad de la ubicación, cerca o lejos del centro, abrió una nueva línea de discusión. Si bien la proximidad con el centro marca el atractivo de esta oferta, por encontrarse con lugares de ocio de los que disfrutar a cualquier hora del día y no ser necesario depender de transporte público, presenta a su vez algunas desventajas. «Desde el punto de vista de la prevención, hay actividades que previenen la demencia y una de ella es el uso del transporte público», apuntó la especialista en Geriatría. Una visión que no terminó de convencer a Miguel Sánchez Zamora, socio del complejo Fuenteolivo. « Yo creo que con una cierta edad buscas no sentirte aislado, aprietas el ascensor, bajas a la calle y te encuentras de todo; no me tengo que plantear el autobús, quién me lleva, cómo vuelvo…», insistió.
Otro de los puntos delicados de la conversación giró entorno a cuestiones económicas, para dirimir las posibilidades de ayudas, subvenciones o facilidades para la financiación en la construcción o la compra de este tipo de viviendas. Miguel Sánchez Zamora, socio del complejo Fuenteolivo, reivindicó «mayor sensibilidad en cuanto a situaciones fiscales a través de algún tipo de incentivo». Una postura sobre la que también se mostró de acuerdo el presidente de la cooperativa Allegra Magna de Valladolid, José María Alaejos. «Las administraciones y los ayuntamientos tienen mucho que decir y facilitar, no regalar nada, pero sí facilitar cuestiones», resaltó, a lo que la concejala de Servicios Sociales puntualizó que «si vamos a modelos más colaborativos y humanos hay que desprenderse de una mentalidad de propiedades y de la idea de que las administraciones tienen que solucionar la vida».
Asimismo, la jefa de Servicios Sociales de Clece Vitam coincidió en que «estamos en un momento de transición» en el que el planteamiento para adaptarse a una realidad cada vez más cercana «no es un ejercicio tan financiero sino de cambio de modelo y búsqueda de opciones». Aunque todos encontraron cierto punto de encuentro en la idea de fomentar la fórmula de viviendas mixtas como alternativa para los mayores, no terminaron de afianzar una línea concreta que diera con la solución a todos los intereses planteados. El perfil de los próximos inquilinos del complejo Fuenteolivo es de clase media. «Hay quien ya ha vendido su casa y está esperando para entrar en esta otra», recordó Alaejos. La visión de Miguel Sánchez Zamora demanda «una cierta sensibilidad» para que estos alojamientos se incentiven con algún tipo de beneficios «respecto al IBI», sugirió.
En este punto, aprovechó el presidente de la cooperativa Allegra Magna de Valladolid para recordar que las cooperativas de viviendas sin ánimo de lucro pagan entre el 10% y 21% de IVA, «cuando en mi casa particular no lo pago y nosotros además estamos generando empleo».
La propuesta de un modelo de colaboración público-privada con empresas se planteó como una de las soluciones, pero el primer paso. Quedó claro. Es abrir un debate; «estamos inmersos en un periodo de cambio que tiene un coste económico y personal y en el que las administraciones españolas vamos con retraso», dijo la concejala de Servicios Sociales.
Por su parte, la especialista en Geriatría se refirió al modelo de vivienda similar impulsado en Málaga con buenos resultados y durante su argumentación se centró en los beneficios para la salud y la prevención que generan este tipo de alternativas. Según su experiencia, una correcta alimentación, la actividad física y las relaciones sociales como actividad de estímulo cognitivo son las tres cuestiones vitales para envejecer sanamente. Además, valoró la proximidad de los servicios que ofrece Clece Vitam para no tener que recurrir a buscarlos fuera, «la evolución es positiva en el sentido de que puedas estar en tu propia casa y que con precios asequibles puedas demandar el servicio de comida si lo necesitas»
Modelos de viviendas
Laura Cantero retomó su turno de palabra para exponer el funcionamiento de los modelos de vivienda para mayores que ya funcionan en otros países como Holanda, donde hay proyectos pioneros de barrios con residentes con Alzheimer que han obtenido buenos resultados; o en Noruega o Suecia, donde «nos llevan muchos años de trabajo; pero tenemos que ir adaptándonos». Y en esa búsqueda por encontrar un sistema que se adecúe a la demanda y características de la socieda española, «en nuestro caso contamos con teleasistencia, ayuda a domicilio, talleres, centrados en la persona. Ellos deciden dónde vivir y como».
Sin embargo, Alaejos incidió de nuevo en la necesidad de establecer claramente unas ‘normas de juego’ para evitar las especulaciones en la construcción de nuevas viviendas equipadas con el fin de atender las necesidades sanitarias y de ocio que requieran sus inquilinos. Para Miguel Sánchez, «hoy por hoy solo hay tres modelos: solo en tu casa, residencia asistida o apartamentos con servicios a demanda. Pero hay que ver cómo se desarrolla esto ahora», concluyó. La concejala de Servicios Sociales reconoció que «estamos en un proceso de reinventar la comunidad. Tenemos que pensar qué tipo de comunidad queremos»; y Rosa López se mostró de acuerdo con la idea de apuntalar una colaboración público-privada, «Todos tenemos que aportar. Hay que buscar beneficios, pero hay que ser flexibles».
Coindieron en que los primeros pasos se están dando, pero todavía queda mucho camino por recorrer. En este sentido, todos estuvieron de acuerdo en la necesidad de abrir nuevas vías de diálogo y debates entre agentes públicos y privados y la sociedad para encontrar una solución viable a lo que es una realidad indiscutible, el envejecimiento de la población.