En la primera edición del Foro Agroalimentario de Cantabria, organizado por El Diario Montañés y Cantabria en la Mesa, se puso especial énfasis que el futuro del sector pasa por una alianza estable con la calidad; sin calidad, no se conquistan los mercados a los que los productores pueden y deben aspirar. El evento se celebró el pasado 9 de noviembre en sesiones de mañana y tarde en el Hotel Santemar y a las mismas asistieron unas doscientas personas, entre productores, empresarios, emprendedores, trabajadores, cocineros y distribuidores, así como a representantes de la Consejería de Medio Rural, Pesca y Alimentación del Gobierno de Cantabria y de la Oficina de Calidad Alimentaria (Odeca), que patrocinaron el evento junto con Foro Interalimentario. Fue una jornada intensa de reflexiones sobre los retos y estrategias de un sector en expansión, considerado punta de lanza de la economía regional.
A primera hora de la mañana se inauguró el encuentro con la presentación de la directora general de Pesca y Alimentación, Marta López, que agradeció la iniciativa a la organización y el compromiso de las empresas cántabras ya que, «sin su esfuerzo, el crecimiento agroalimentario no sería posible».
Abrió el turno de ponencias Víctor Yuste, director general del Foro Interalimentario, que se centró en las nuevas tendencias de consumo y los diferentes perfiles del cliente actual. Para responder a sus demandas, abogó por un futuro en el que «las empresas se transformen digitalmente en todos los ámbitos, sobre todo, para poder innovar».
Manuel Fresno, jefe de servicio de Industria y Calidad Alimentaria, recogió el testigo de Yuste para desplegar el catálogo de ayudas y subvenciones que las empresas tienen disponibles para «aumentar su competitividad, productividad y eficiencia». Para hacerse una idea, en el último año, empresas y productores de la región se han beneficiado de 44 millones euros en subvenciones.
Nuevos mercados
El reto de la internacionalización y la conquista de nuevos mercados fue analizado por Raquel Manzanares, coordinadora del Área de Desarrollo Internacional de Sodercan, cuya reflexión se giró entorno al objetivo de «vender más y abrirse a nuevos mercados ». «La unión de las pequeñas empresas a través de consorcios es la solución para la internacionalización». Un ejemplo de éxito es el consorcio de empresas Santander Fine Food, fundado en 2015 con el apoyo de Sodercan. Cándido Salmón, su presidente, reveló que «unirse aportó la estabilidad para que se vendan mejor nuestros productos en el extranjero, compartimos gastos». Siguiendo con el reto de la exportación, Marcelino Real, un maestro quesero cántabro afincado en Extremadura y responsable del queso Cremositos del Zújar -segundo mejor del mundo-, señaló que «la calidad y homogeneidad de un producto son claves para salir a otros mercados».
La importancia de la marca y los sellos de calidad como garantía corrió a cargo de María Quintana, jefa de la Unidad de Apoyo Técnico de la Odeca, que resaltó los nueve productos cántabros con sello de calidad reconocidos por el Consejo Europeo. Cantabria tiene más sellos de calidad que algunos países europeos.
Jaime de la Fuente, presidente de IPPI Comunicación, y Aníbal de la Fuente, director creativo de Planilandia, cerraron el primer bloque de intervenciones con las técnicas de comunicación de produco, marketing, packaging, así como la importancia de la comunicación digital para dar a conocer los productos.
Tras la pausa para la comida, se retomó el foro con el programa de desarollo rural en el Valle del Nansa y Peñarrubia dirigido por José María Ballester, de la Fundación Botín. El experto en Patrimonio hizo un repaso de los trabajos realizados, poniendo especial énfasis en proyectos con ganaderos para producir carne de alta calidad. «Hasta ahora hemos logrado poner en el mercado más de 300.000 kilos de carne».
Nuevos caminos
La investigación en el ámbito agroalimentario centró la atención en la recta final del foro. Manuel Mora, director del Centro de Investigación y Formación Agraria (CIFA), citó los argumentos científicos que son necesarios para dar valor añadido al origen y obtener así un mejor producto final, «un hecho que nos diferencia frente a otras regiones».
El chef Sergio Bastard (Casona del Judío) cautivó al público con dos proyectos de investigación que está desarrollando con la Universidad Europea del Atlántico: el suero del queso Picón Bejes-Tresviso para aportar cremosidad a sus platos, y la salmuera de la anchoa para curar, cocinar y marinar.
Fernando Mier, director de la Odeca, y José Luis Pérez, de El Diario Montañés, cerraron el Foro con un agradecimiento «a todos los ponentes y asistentes que han contribuido a poner en valor comunicar y dar visibilidad a una realidad».