José Luis Bonet, presidente de la Cámara de Comercio Española y de Freixenet, intervino en el Foro económico organizado por El diario Montañés, el pasado 24 de febrero. “Los españoles somos especialistas en meternos en charcos, pero también en salir de ellos”. Bonet definió así, como “un charco importante” la crisis que, a su juicio, España ha superado casi por completo.

Lo expresó de este modo en una nueva sesión del Foro Económico de El Diario Montañés, ilustrando su afirmación con los datos actuales de la economía española: un crecimiento del 3,2%, “muy por encima de la media europea”, el mayor de la eurozona y una mejora notable del empleo. En su ponencia “La empresa, pieza clave para el progreso de España”, no olvidó el “cruento saldo” que supuso el bache económico: más de 300.000 empresas desaparecidas en los últimos ocho años, el año 2012 como situación límite ante el abismo, y un paro creciente de seis millones de personas. Por suerte, el “viento de cola” impulsado por el Banco Central Europeo dirigido por Mario Draghi “que ha hecho lo que tenía que hacer, no como Trichet”, funcionó.

Optimista, Bonet puso el foco del crecimiento en tres pilares: internacionalización, digitalización y formación. Aún siendo conscientes del “retraso en salir al exterior, donde sólo asomamos la cabeza”, expuso, “La alianza con Iberoamérica puede darle a España un protagonismo absoluto en Europa y en el mundo”, destacó. Aprovechar una situación que ya existe, que “no es nada nuevo”, facilitará ese avance: la posición de las empresas españolas en Iberoamérica y viceversa. Desde su área, se trabaja ya en una alianza con las cámaras iberoamericanas como “un tema estratégico para los próximos años”.

El acceso al conocimiento que permite la digitalización, a la llamó “la cuarta revolución industrial” y los valores “que durante generaciones ha tenido este país, transmitidos a través de la familia y la educación”, marcan el sendero a seguir para consolidar el crecimiento. Solidaridad y cultura del esfuerzo que en el ámbito empresarial se traducen en “talento, trabajo y tenacidad“.

Bonet no tuvo pelos en la lengua para hablar de la actualidad política catalana. Como un “riesgo interno” para la economía calificó el desafío soberanista “de los gobernantes catalanes, que no de los catalanes”, matización que fue respondida con un aplauso de sus oyentes. “Muchos se han visto arrastrados por este movimiento secesionista, absolutamente dirigido, pero no son la mayoría”. Contrario a esa deriva que “desde hace mucho” no cree “posible ni conveniente”, afirmando que “no se va a producir”, Bonet busca la parte positiva de la situación: “Debería servirnos para estrechar lazos”, dijo, “El resto de España debería ver que los catalanes necesitamos acercamiento fraternal, aunque sea complicado”.

También tuvo en su discurso una mención para el expresidente José Luis Rodríguez Zapatero, responsable, en el año 2010, de lo que calificó como “un error garrafal”. Se refiere así a la pérdida de soporte empresarial que afectó a las cámaras y “les dejó al pairo”. Reconoció que no todo eran bonanzas, “tenían sopa boba y postureo, hay que reconocerlo, pero como institución eran fundamentales”. La solución no pasaba por “cargárselas” sino “por poner orden”.

El desarrollo cronológico de la historia de las Cámaras de Comercio -85 en España y 35 en el extranjero- avanzó en su narración hasta 2014, cuando, tras el acuerdo de todos los grupos parlamentarios, se publica la Ley de Cámaras. “Un acierto”, aseveró. “La sociedad debe tenerlas. Es una marca universal, absolutamente incardinada en el sistema social”.

Y si las cámaras son el instrumento, los empresarios son los protagonistas absolutos para José Luis Bonet. “Es el líder social más importante“, manifestó. La sociedad es la principal beneficiaria del trabajo de las empresas y el empresario “el artífice del bienestar creciente”, para el presidente de Freixenet. Empresarios que deben fomentar el diálogo con sus trabajadores y adaptarse a realidades como la globalización, eliminando frenos. “Sólo así conseguirán pasar de pequeñas a grandes empresas”.

Hoy por hoy, el seno del organismo cameral “está muy vivo”. Ha cambiado su estructura, situando en su núcleo duro, precisamente, a las empresas. A su alrededor orbitan las cámaras regionales, los funcionarios ministeriales, los representantes de los autónomos y las cámaras en el exterior. Su función es fortalecer la vertebración de España y “la defensa institucional de la empresa como pieza clave del sistema”.