Un Jurado compuesto por Daniel Castillejo, que actuó como presidente; María Inés Rodríguez, Javier Duero, Inmaculada Corcho, Javier Díaz Guardiola y Laura Revuelta decidió ayer conceder el XII premio ABC de Arte dotado con 15.000 eurosa Regina de Miguel por su obra «El último término que abarca la vista».

Además, se concedieron tres accésits (dotados con 4.200 euros cada uno) y cuatro menciones honoríficas. La entrega del premio tendrá lugar en el Museo ABC de Dibujo e Ilustración coincidiendo con la celebración de ARCO.

Carne de pixel, como el poemario de Fernández Mallo que inspira su siguiente paso, parece la obra de Regina de Miguel. Se acercó a la ciencia por amor al arte y ahora procesa y cartografía las emociones, sus datos y sus ondas, el software de las estrellas y la poética de la topografía y la geopolítica, como si propusiera un nuevo manual de ciencia.

Recién instalada en un Berlín «independiente», «fuera de circuito», la videoartista malagueña (1977), licenciada en Bellas Artes en Valencia, se entera de su premio: «No he estado nada pendiente». Está en producción de un nuevo proyecto, becado por el CAM, para el que trabaja con la geología de las cuevas de Cernica, en Eslovenia, y el primer radiotelescopio que hubo en Europa, en el Instituto de Radioastronomía de los Países Bajos: «Intento trazar el axis mundi». Pero el que ha merecido el XII Premio ABC de Arte era su proyecto anterior y sólo era una de las tres partes de la instalación, vista en el Arte Santander como proyecto individual para Maisterravalbuena. Revisando conceptos como el lugar y el viaje, la línea, la memoria y el vacío, cuando «ante un ordenador y con Googlearth parece perder sentido la aventura y el descubrimiento por el viaje», Regina de Miguel propone un debate ciencia arte y un reaprendizaje del mapa de las emociones y su representación cultural.

Empezando por lo clásico:

Una mesa vitrina de museo, pero con animaciones e impresiones 3D, maquetas y un display didáctico, acompañadas por cajas de luz. En éstas, la célebre cosmología de Alexander von Humboldt, pero la visión de los planetas sustituida por imágenes de Googlearth: calles y ciudades con nombre de sintomatología del alma, «tristeza», «soledad», en distintos países e idiomas, con su explicación y tratamiento médico.

«Por medio de la imagen virtual, hoy se puede tener la sensación de llegar a cualquier parte, que todo es una película», imaginarios virtuales que ha trabajado ya en instalaciones como «Habitación Doble/Travelogue» o «Tránsito»;pero este«enclaustramiento navegador» produce «alienación y bunkerización», un nuevo catálogo de emociones «que es lo que me interesa representar», con dibujos en 3D, maquetas, pinturaso vídeos.

Sorprende la cercanía disciplinaria que encuentra entre ciencias y artes, hasta que se la escucha: la imagen científica «como ilustración del corpus teórico» no es banal; mediada por la tecnología, «genera el imaginario que poseemos» y como tal ejerce un poder cultural. Su acercamiento «a la geografía, a la visualización de datos, a los manuales» fue natural. «Me interesan los arquetipos de aprendizaje, los constructos que sirven para darnos una visión del mundo».

Acercamiento intuitivo

En el Renacimiento no eran campos alejados, pero la especialización ha dado lenguajes ininteligibles entre sí a ciencias y a artes: «Como artista mi acercamiento a la ciencia es muy intuitivo, enseguida me lo llevo al campo de la poética». Y lo que se propone cartografiando una cueva cuyo estado varía con la climatología, o el decurso de las emisiones galácticas en un radiotelescopio legendario, es «tomar el documento histórico para realizar un nuevo aprendizaje», leído desde las emociones, con verso en este caso de Fernández Mallo, música de Jonathan Saldaña y secuencias míticas del «Solaris» de Tarkovski.

¿Emoción en la imagen científica, en el dato pixelado? Desde sus propias experiencias y percepciones, éste es el orden de debate que plantea entre lo artificial y lo natural, entre la ciencia y el arte, y que llevará pronto a Sevilla. Regina de Miguel relata el interés del grupo de expertos y científicos en torno al radiotelescopio holandés, por conocer la percepción artística de su ciencia. De Miguel ve «un campo de colaboración» donde otros creen un diálogo de sordos.

Regina de Miguel ha realizado importantes muestras individuales, como«El aire aún no respirado» (MUSAC, León, 2008-2009)y ha participado en exposiciones colectivas, entre las que destacan «Ajenos, Arte emergente en España» (Palermo, 2008) o «Aquí y ahora» (Sala Alcalá 31, Madrid, 2007), así como en ferias y bienales, entre ellas Art Basel y ARCO. Ha recibido el Premio Iniciarte a la Actividad Artística de la Consejería de Cultura de la Junta de Andalucía (2009) y fue Mención de Honor en Generación 2006 de la Obra Social de Caja Madrid.