La importancia del español como fuente de comunicación y de negocio y la fuerza de la palabra como defensora de las libertades fueron los conceptos que protagonizaron la apertura de las VII Jornadas Futuro en Español, que se celebraron el pasado 26 y 27 de octubre en Bodegas Franco Españolas bajo el título ‘Creación, periodismo y literatura en América Latina y España’.
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Tulio Hernández -que tuvo que ‘salir a la carrera’ del país después de que Maduro ‘invitase’ a la Justicia venezolana a detenerle- habló sobre los totalitarismos del siglo XXI. Después, los periodistas y escritores Toño Angulo (Perú), Juan Francisco Ferré (España) y Mario Jursich (Colombia) y la cineasta colombiana Catalina Mesa abordaron temas que interesan hoy en día a los narradores, periodistas y cineastas que exploran nuevos caminos en ambos lados del Atlántico.
Segunda Jornada con el futuro del sector agroalimentario com protagonista
En esta segunda, el tema de debate se centró en ‘Nuevas tecnologías para la agroalimentación en España y América Latina” y se habló de intercambio de información y experiencias entre España y América Latina, de la necesidad que tiene la agroindustria de llevar a cambio ese intercambio y de la agricultura de precisión como presente y futuro del sector.
El encargado de abrir la jornada fue Javier Doval, director General de Nueva Rioja, que habló de la “importancia competitiva de primer orden que supone el español” en el intercambio empresarial en todos los sectores. Algo que ha respaldó Guillermo Fernández de Soto, director para Europa de CAF-Banco de Desarrollo de América Latina, que destacó que la agroindustria es un tema de interés global: “España tiene mucha experiencia y América Latina tiene un gran potencial” dijo. Fernández de Soto explicó también que CAF “es una institución que se adapta a las necesidades de los países miembros y diseñó un plan que busca apoyar un desarrollo con el fin de contribuir a cerrar las brechas de productividad existentes”.
Todos los ponentes que pasaron por la jornada en Bodegas Franco Españolas tenían claro esa necesidad y obligación para adecuarse a los diferentes entornos que van surgiendo. Y la conclusión de todos ellos se centró en la obligación de aprovechar las nuevas tecnologías en el propio beneficio –eso sí, bien aplicadas-, para ser más eficientes y contar con ese valor añadido que éstas aportan y que pueden marcar el factor diferencial que separa el éxito del fracaso. Y, para que sea una aplicación efectiva, además, es básico la incorporación de jóvenes al sector y así evitar el temido envejecimiento de los profesionales de la industria, una de las mayores preocupaciones que se pusieron sobre la mesa.
Roberto García Torrent, director de innovación agroalimentaria de Cajamar y moderador de la primera ponencia, habló de la necesidad para la humanidad de este sector, del que destacó su “capacidad para innovar”. “Si no hay alimentos, la población no come”, sentenció, con una explicación tan sencilla como gráfica.
Fue Iván Nieto, director de desarrollo internacional del Centro Nacional de Tecnología Alimentaria (CNTA), el encargado de abrir la puerta de la Agroalimentación 4.0, de mostrar “una gran revolución” que “ya es una realidad”, que requiere de un “cambio de filosofía, que necesita del “capital humano” y en la que “el talento es fundamental”. Esto implica un “cambio de estrategias, gestión y de toma de decisiones para que los procesos sean mucho más eficientes”, que no tiene que ver con el tamaño de la empresa, que escapa del “concepto local” y que debe aplicarse “a toda la cadena de valor”. Para ello, “es primordial la aplicación de procesos TIC para obtener datos en tiempo real y poder tomar soluciones inmediatas”. El objetivo, según aclaró Nieto, apunta a “dar respuesta a un consumidor que está hiperconectado, que es más exigente y formado y que pide una relación cada vez más personalizada”.
VIDEO RESUMEN de la segunda jornada
La coincidencia de la llegada de esta industria 4.0 quedó latente y fue Julio Herreros, director general de Innovación del Gobierno de La Rioja, el que lo hizo más visible. “¿Me afectará a mí? Sí, sí, sí”, expresó, antes de incidir en “el cambio de necesidades” que implica “la potenciación de esa innovación que permita ser más productivos”. Ahora bien, quiso dejar claro que la evolución no pasa por “atacar el eslabón más débil, que es el trabajador”. Por el contrario, Fredy Antonio Chávez, gerente corporativo de investigación y desarrollo de Danper, remarcó que lo que hay que perseguir es “eliminar todas las tareas que no aportan valor” pero que, y puso como ejemplo a lo ocurrido en Perú, no tiene que ver con la supresión de puestos de trabajo. “En nuestro país, de hecho, esta evolución ayuda a generar empleo”, desveló.
La segunda de las mesas redondas del día versaba sobre modelos prácticos de la agricultura de precisión y la utilidad de la gestión de parcelas agrícolas sobre base tecnológica para contar con informaciones precisas que ayuden a evaluar, predecir y precisar rendimientos y producciones de cultivos.
Gonzalo de Castro, ejecutivo senior de la CAF- Banco de Desarrollo de América Latina, abrió como moderador esta segunda mesa redonda pidiendo mentes abiertas para la Agroalimentación 4.0 para “aprovechar esta nueva realidad y las soluciones que ofrece”, como se hace en otros sectores “como la educación o la salud”. “Es un área en el que estoy seguro que va a haber trabajo, invitemos a los jóvenes a participar en ella”, animó.
Un ejemplo de la aplicación de estas nuevas tecnologías lo mostró León Arnedo, CEO de EncoreLab, que enseñó utilidades, programas, aplicaciones de Big Data para integración de datos. Además, llamó la atención sobre el hecho de el avance que ha supuesto la generalización del Smartphone para disponer fácilmente de la información necesaria para poder actuar convenientemente y optimizar gastos y recursos.
Arnedo señaló “la idea” como punto de partida para avanzar en este “ecosistema digital”, como lo llamó De Castro, pero veía como lo vital y “lo verdaderamente difícil” era “implementar esa idea”.
Stanley C. Best Sepúlveda, director del programa de agricultura de precisión del INIA, insistió en la “revolución” que supone la Big Data y la biotecnología para la “estimación de rendimientos” y así poder “generar crecimientos de producción”. Sin embargo, se lamentó de la mala transmisión de las virtudes que atesora y las ayudas que pueden aportar. ““Hemos fallado en la demostración al empresario de la validez de estas aplicaciones para que vea qué tiene que hacer y cuánto le va a suponer de ahorro y costos”, admitió, y abogó por resolverlo cuanto antes.
El caso argentino en este campo, fundamental para “detectar los errores muy rápidos y ponerles remedio”, llegó de la mano de Andrés Méndez. El coordinador del proyecto Máquinas y Agrocomponentes Precisos en el INTA Manfredi puso el foco en el “abaratamiento de la tecnología” como herramienta para generalizar su aplicación. Así, habló de sistemas informáticos que comenzaron costando “30.000 dólares” llegados de Estados Unidos que fueron sustituidos por una aplicación argentina para móviles con las mismas utilidades y un coste de apenas 100 dólares.