Quien asistiera a la Diputación de Córdoba a la presentación del «Tabernario Sentimental», escrito por Javier Tafur y Vicente Torres-Esquivias (VIC), es probable que se encontrara con un acto poco convencional en lo que a los modos se refiere, pero rotundamente ameno.

La pareja de autores, acompañada por el vicepresidente de la Diputación de Córdoba, Salvador Blanco, y el director de ABC Córdoba, Francisco Javier Poyato, dio a conocer el libro que entregará gratis ABC Córdoba este domingo 21 apoyándose en un amplísimo repertorio de anécdotas y vivencias personales. Como no podía ser de otra manera, eso sí, pusieron el acento en las tabernas, las verdaderas protagonistas.

Concretamente en las 103 elegidas que componen el «Tabernario», pero también en lo mucho que se han «divertido» en los dos años de trabajo, los mitos que han querido desterrar y todas esas cuestiones que han echado de menos, como es la ausencia de los «toros» en las conversaciones y la consiguiente pérdida de «nivel cultural».

En números redondos, 103 tabernas de los alrededor de 300 establecimientos en los que consideran que «se come bien en Córdoba» y los 1.700 que estiman que puede haber en Córdoba. Una historia que, como recordó el director de ABC Córdoba, arrancó el 15 de enero de 2012 con la publicación de la crónica de la taberna de El Gallo y en la que Tafur y Vic han ido recorriendo y que han retratado a la «antigua usanza»: Tafur a través de la palabra y Vic con sus interesantes y valiosas viñetas.

Recordaron que la propuesta que elevaron aABC Córdoba, del que son colaboradores, partió casi de la casualidad, si bien se valieron de esa popular frase que hace referencia a Córdoba como la ciudad de las 300 tabernas y una sola librería». Sentenció Vic que con este balance «no íbamos a escribir de librerías».

Mitos y mentiras

Los autores, taberneros confesos, aprovecharon el acto para tratar de desterrar viejos mitos asociados a estos establecimientos. El viñetista señaló que «es falso que en las tabernas no se come y que los taberneros son unos desaboridos». Sobre el vino y el valor de los caldos Montilla-Moriles, tan presentes por historia en las tabernas de Córdoba, contó que le recuerda a su padre. «Recuerdo que el médico le prohibió beber vino y una vez me lo encontré con un vaso largo lleno hasta arriba de vino tinto. Le dije que qué hacía bebiendo y él me dijo que no era vino, sino tinto, porque para él el único vino era el de Montilla-Moriles».