El futuro de España como país, ligado al futuro de Europa. Ese es uno de los grandes argumentos políticos esgrimidos ayer por el ex primer ministro francés entre 2014 y 2016, Manuel Valls, que protagonizó un foro organizado por SUR en el Hotel Barceló, y que contó con el patrocinio de la Fundación Cajasol. Valls, nacido en Barcelona en el año 1962, ha volcado su actividad política en los últimos meses en este país. No en vano, ha sido tentado por Albert Rivera y Ciudadanos para que encabece una lista electoral al Ayuntamiento de Barcelona en mayo de 2019, aunque de momento él ha preferido no confirmarlo, al tiempo que ha apostado por un formato más de plataforma que de partido.
«El debate real de hoy en día es de la democracia frente al populismo», argumentó, poniendo como ejemplo la censura de este pasado miércoles del Parlamento Europeo a Orbán por su deriva en Hungría. «Como europeo afirmo que España es un gran país. Con su idioma hablan 500 millones de personas en el mundo y es uno de los más viejos estados-nación junto a Gran Bretaña y Francia. Si se rompe España, se rompe Europa», avisó en referencia al desafío independentista.
«El problema es que en Cataluña el populismo está encarnado en el independentismo», añadió, para criticar a sus compañeros de la Unión y aclarar por qué se ha convertido en una de las personas más activas en esta batalla dialéctica. «Pensé que los dirigentes europeos y españoles no estaban siendo conscientes del peligro que supone el nacionalismo catalán», reconoció.
Nada más comenzar sus disertación –que estuvo precedida por la presentación del empresario Félix Revuelta y las intervenciones de Pedro Luis Gómez y del presidente de la Fundación Cajasol, Antonio Pulido; y las preguntas del director de SUR, Manuel Castillo– el ex primer ministro dejó claros sus cimientos ideológicos. «Europa ha sido y es un proyecto soñado por muchos pensado para acabar con las guerras y las rencillas. En su gran mayoría los países comparten valores y una idea parecida del mundo y del papel que tiene que representar la Unión: paz, libertad, progreso, cultura y estado de bienestar», enumeró. Sin embargo, Valls sostiene que hoy día el proyecto vive la amenaza de los populismos, la inmigración, la economía y –especialmente– la democracia. «Es obligación de todos analizarlo y ofrecer respuestas políticas. Necesitamos respuestas colectivas nuevas que salgan de las trincheras políticas para que Europa se desarrolle», defendió.
Así, afirma que ahora el proyecto está más en jaque que nunca. «Europa puede salir de la historia por razones políticas, demográficas y estratégicas. Por ello es preciso hallar personalidades similares a los padres fundadores de la Unión, que arrimen el hombro y que trasladen a la ciudadanía ese mismo sentimiento», exigió. «La cooperación bilateral ya no es suficiente. Con los retos de estos últimos tiempos no hay solución con solo dos países, ahora se necesita la cooperación de toda la Unión».
En su relato histórico sobre el sendero que ha llevado a Europa a esta situación, Valls considera que el inicio del siglo XXI ha estado condicionado por la tragedia, y que tras el 11-S comenzó una etapa muy compleja en la que aún seguimos inmersos. «El islamismo, que ya estaba presente en varios lugares de mundo, se había convertido en un problema de primer orden porque la integración no ha sido completa, quizá demasiado rápida», afirma. «Nuestras democracias se han visto desbordadas; y ahora tenemos que ser capaces de dar respuesta claras porque hay muchos que piensan que Europa ya no tiene rumbo», refiriéndose a errores como negar la crisis económica que se inició en 2008. «Otro ejemplo de negación es no ver las crisis internas de los países con el ascenso de populismos por el terrorismo o los flujos migratorios. Como europeístas necesitamos una gran alianza a favor de nuestros intereses; la democracia y el progreso.
Precisamente por eso, el ex primer ministro terminó asegurando que la democracia en su sentido más amplio está hoy en peligro. «El escenario es enormemente complejo», dijo, relacionando su afirmación con la llegada al poder de Donald Trump; las injerencias rusas en las elecciones occidentales; el poder absoluto chino; o el viraje de Turquía, entre otros. «Además en Europa es una realidad el auge del euroescepticismo. Hungría, Polonia, Italia… se avecinan grandes confrontaciones internas. La situación es grave y no hay precedente desde los años 30, y aunque puede sonar muy duro lo digo en base a mi experiencia», señaló, a pesar de afirmar que no subestima lo ocurrido en los años 30 ni que Europa es un logro sin precedentes. «España tuvo que mejorar su calidad democrática para entrar en la Unión. Si no hubiera existido un proyecto como la Unión algunos países no hubieran estado motivados parea convertirse en democracias modernas. España vive los mejores años de su historia. Y puede que Cataluña y Barcelona fueran las zonas que más se beneficiaran de ello», sentenció.
Plataforma para Barcelona
La posibilidad de que el ex primer ministro francés, Manuel Valls, se presente a las elecciones a la Alcaldía de Barcelona en 2019 protagonizó buena parte del coloquio. Aunque rechazó confirmar si finalmente lo hará tras ser tentado por Ciudadanos y por el propio Albert Rivera –«Me lo estoy pensando», afirmó– el político francés si apostó por una plataforma en vez de un solo partido. «Creo que los partidos constitucionalistas tienen que llegar a un acuerdo», señaló. «Tenemos que salir de los bloques porque Barcelona representa mucho más. Hay que tener un proyecto para la ciudad y crear ilusión y optimismo», sostuvo.
Félix Revuelta: «Queremos que Valls se presente a la Alcaldía de Barcelona»
El ex primer ministro francés, Manuel Valls, tuvo ayer como presentador a su «amigo» Félix Revuelta. El empresario y fundador de Naturhouse es uno de los miembros más activos de Sociedad Civil Catalana, y un acérrimo defensor de que Valls sea el candidato a la Alcaldía de la Ciudad Condal.
A su juicio, el primer ministro francés cuenta con una trayectoria política «muy importante». De esta manera destacó del político francés que había sido vicealcalde de una ciudad «muy complicada a las afueras de París», en referencia a Argentouil. «Queremos que se presente a la Alcaldía de Barcelona», afirmó dirigiéndose a toda la audiencia del coloquio.
Revuelta, que ha cargar de manera habitual contra el procés soberanista de los partidos independentistas catalanes, fue uno de los primeros en trasladar la sede de su empresa a Madrid, en un gesto que posteriormente imitaron otras grandes compañías como Banco Sabadell, Gas Natural o CaixaBank. «No te preguntes lo que este país puede hacer por ti; sino lo que tú puedes hacer por tu país», afirmó citando a Napoleón y sobre la filosofía que sigue de forma habitual.
Antonio Pulido: «Necesitamos políticos valientes»
El presidente de la Fundación Cajasol, patrocinador del desayuno-coloquio protagonizado por Manuel Valls, se refirió ayer al ex primer ministro francés entre 2014 y 2016 como un persona valiente y cuyas aportaciones considera necesarias.
A pesar de no presentar al invitado y de querer ser «breve», Pulido se dirigió a Valls en varias ocasiones. «Creo que tienes capacidad de asumir riesgos, y eso en estos tiempos es imprescindible», aseguró el máximo responsable de la Fundación.
De esta manera, Pulido destacó la necesidad de que en en este país haya «políticos valientes» que se conviertan en «referentes de proyectos» que se necesitan para combatir en momentos complicados. «Creo que independientemente de tu futuro político, tus aportaciones a la vida pública española serán muy bienvenidas y muy bien valoradas. Por eso estamos hoy aquí; para escucharte con muchísima atención», señaló.
Asimismo, Pulido se refirió a la importancia de eventos como el de ayer, destacando el papel de SUR como medio de comunicación, pero también como un «dinamizador» de lo que ocurre en la sociedad.