El cuidado del entorno está en manos de todos. Empresas, organismos públicos y sociedad tienen en estos tiempos una misión de la que puede depender el futuro de todo el planeta. El deshielo de los polos, el aumento de la temperatura a nivel global y, de forma más cercana, la muerte de miles de peces en las costas del Mar Menor hace dos meses, son señales que el entorno envía para exigir un cambio de rumbo que implique nuevas políticas y medidas para protegerlo. El largo recorrido que esto supone ya tiene la meta ganada en la Región, hogar de numerosas personas, entidades y empresas que llevan la sostenibilidad y la economía circular por bandera, motivo por el que fueron ayer galardonadas y reconocidas en los I Premios a la Sostenibilidad Medioambiental.

La gala, organizada por LA VERDAD, con el patrocinio de Volvo Sedauto, Iberdrola, Fundación Caja Mediterráneo y Actúa Servicios y Medioambiente, y la colaboración de Sotec, Laken, Coca Cola y el Ayuntamiento de Murcia, fue el escenario ideal para otorgar unos premios en los que el jurado, -compuesto por el director de LA VERDAD, Alberto Aguirre; el catedrático de Ecología de la UMU, Ángel Pérez; el director de Anse, Pedro García; el gerente de Volvo Sedauto y Fundación SOS, Raúl García; el presidente de la Asociación Ambiente Europeo, Daniel Rolleri; la directora del Museo de la Ciencia y el Agua, María Isabel Parra, y el director de Marketing de LA VERDAD, José Manuel Jiménez,- puso en valor proyectos e iniciativas sostenibles que ponen su granito de arena en este cambio global, porque, tal y como apuntó Alberto Aguirre durante el discurso de apertura, «no puede haber desarrollo económico y social si no es sostenible, lo que implica arrojar luz sobre iniciativas, grandes y pequeñas, que se hacen en favor del medioambiente».

Bajo la atenta mirada de compañeros, amigos y padres, los antiguos alumnos de quinto curso del Colegio Público La Asomada, junto a su profesor del año pasado, Francisco Ruiz Salmerón, fueron los primeros en subirse al escenario para recoger el Premio Educación Medioambiental de manos del gerente de Volvo Sedauto, Raúl García, por el proyecto ‘El Mar Menor de los niños’, una idea que desarrollaron el pasado curso y que estaba centrada en involucrarlos en la generación de propuestas que protegieran la laguna. En este sentido, Ruiz destacó el origen de todo, que «fue una visita a Los Nietos que no se pudo realizar» y apuntó a la iniciativa de estos pequeños, «que son los creadores de todas las ideas». Para finalizar, puso en valor el Mar Menor, que destacó, «es nuestro ecosistema más cercano para cambiar el mundo».

Ver galería de imágenes

Tras el aplauso del auditorio, el country manager de Soltec España, Luis Hernández, fue el encargado de otorgar el Premio a la Conservación de la Biodiversidad, Medio Natural y Paisaje Rural al coordinador de Riverlink, Eduardo Lafuente, que subió al escenario junto a la profesora titular de la UMU, Mar Torralva, y el miembro de Anse, Jorge Sánchez Balibrea, también impulsores del proyecto. Esta iniciativa ha sido reconocido por unir esfuerzos para resolver la problemática ambiental de la Cuenca del Segura, derivada de su elevada regulación, para facilitar el flujo natural de la corriente y suprimir barreras físicas para los movimientos naturales de los peces entre los tramos altos y bajos del Segura. Tras la entrega, Lafuente remarcó la importancia de la idea, que «se puede extrapolar a otros sitios, porque nos queda muchísimo que mejorar del estado de los ríos».

Cuando Foodtopia abrió sus puertas, sus fundadores, Jesús Pagán y Norberto Navarro, apostaron por crear un proyecto de economía local resiliente que aúna producción agrícola, transformación y distribución de alimentos en la geografía de un barrio. Su objetivo era sencillo, pero no fácil de conseguir: reducir el precio actual de la alimentación y sus efectos colaterales. Años después, y con los deberes bien hechos, esta filosofía de trabajo les ha llevado a ser los ganadores del Premio Iniciativa Empresarial para la Sostenibilidad, un trofeo que recogieron de manos del administrador de Actúa Servicios y Medioambiente, Ángel Navarro, tras lo que ambos pusieron en valor este negocio como forma de contrarrestar «un sistema alimentario 1.0 sobre el que es necesario ejercer acciones políticas e individuales. Este sector es el responsable del 54% de todas las patologías que generan el calentamiento global y consume el 30% de toda la energía mundial».

Todo por aprovechar

Casa Pareja es una almazara que lleva la economía circular por bandera. Desde sus inicios, los objetivos de esta compañía jumillana no solo se centraban en la calidad, sino en aprovechar todos aquellos subproductos generados de su actividad. Así, la firma emplea el hueso de la aceituna como biomasa, la hoja de la oliva para alimento del ganado e incluso el aceite de baja calidad para la elaboración de jabones naturales, una filosofía de reutilización que fue reconocida ayer con el Premio a los Procesos de Elaboración y Productos Sostenibles. Este galardón, entregado por el presidente de la Fundación Caja Mediterráneo, Luis Boyer, fue recogido por el gerente, Juan Molina, un hombre que puso en marcha en 1988 «una forma distinta de entender el sector. Este premio es un gran respaldo. Siempre hemos sido un poco los locos de la agricultura ecológica en la zona y nos alegra que se reconozca nuestra labor de concienciación. Consideramos que es una obligación nuestra fomentar, enseñar y mostrar que hay otra manera de hacer las cosas», manifestó.

Otra forma distinta de trabajar es precisamente lo que ha aupado a Plásticos Romeros a recibir el Premio a la Transformación Empresarial por la Sostenibilidad, que recogió el director de Organización y Estrategia, Pedro Melgarejo, de manos del director de Marketing de LA VERDAD, José Manuel Jiménez. Este galardón es el resultado de un proceso de cambio en el que la compañía ha apostado por envases biodegradables y por intentar que en 2025 el 80% de sus productos tengan un carácter sostenible. Para Melgarejo, «es un orgullo que se valore en el ámbito local a una empresa que lleva muchos años y más de 35 millones de euros invertidos en hacer esa reconversión industrial. A veces es difícil que empresas tan longevas como nosotros sean reconocidas por una iniciativa ambiental y eso nos enorgullece».

Visión de futuro

Los I Premios a la Sostenibilidad Medioambiental también tuvieron espacio para poner en valor a personas como Cristina Marín, una bióloga que en el verano de 2015, cuando todavía poca gente alzaba la voz sobre la situación del Mar Menor, destacó ya entonces una realidad que un año más tarde se presentaba evidente: la laguna necesitaba, y necesita, políticas urgentes para su conservación. Para poner en marcha el motor del cambio, Cristina Marín recogió 150.000 firmas y presentó una serie de medidas para su regeneración, una acción que la ha llevado a recibir el Premio a la Mejor Iniciativa Joven por la Conservación de la Naturaleza, que recogió de manos del jefe de Comunicación de Iberdrola, Daniel Sigüenza. Tras el aplauso de todo el auditorio, Cristina Marín quiso hacer un llamamiento a la acción, «porque todos podemos hacer algo por el medioambiente. El Mar Menor es en la Región uno de los problemas ambientales más graves, pero no el único».