La segunda edición del Salón Internacional del Cómic y Manga de San Sebastián, ComikD, ya convertida en una cita ineludible para todo guipuzcoano aficionado al noveno arte, albergó durante tres días en El Kursaal más de 60 stands y un intenso programa lleno de exposiciones, torneos, concursos, cosplay, charlas y encuentros con editores, entre otras actividades.

El cómic fue, naturalmente, el protagonista en este certamen, pero los numerosos puestos dedicados a la venta de merchandising dieron buena cuenta de todos los mundos que surgen alrededor del noveno arte. Figuras de superhéroes y personajes de anime, camisetas de series de televisión, llaveros de Dragon Ball, peluches de Digimon y Pokémon, uniformes de Hogwarts, tazas, mochilas, chapas… e incluso discos de vinilo se suman así a la oferta de este salón.

Los videojuegos, que debutaron este año en ComikD, también coparon mucha atención; las máquinas Arcade estuvieron ocupadas por jugadores desde primera hora. Pese a que esta zona del salón estaba llamada a ser un atractivo para los nostálgicos de la década de los 80, fueron los jóvenes y niños los que más tiempo dedicaron ayer a clásicos como ‘Street Fighter’, ‘Donkey Kong’ y ‘Pacman’.

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La afluencia de aficionados se notó asimismo en las dos exposiciones principales del salón. Tanto niños como adultos aprovecharon la oportunidad de sacarse autorretratos con las figuras a tamaño real de Spiderman y Iron Man que presidían la sala 2 del auditorio. Hulk, sin embargo, estaba apostado fuera, junto a los stands, probablemente para evitar que aplastase las vitrinas que contenían también esculturas a escala del resto de superhéroes y villanos de la famosa editorial Marvel.

La otra muestra que más interés suscitó fue la de los monstruos de terror de Víctor Marín. Los menores de edad tienen prohibida la entrada a la sala, pero los adultos que la visitaron disfrutaron como niños; todos quedaban boquiabiertos ante la figura del hombre lobo peludo y la estrella de la muestra, un bicho de fantasía que parece estar levitando en medio de la sala de exposiciones.

Incentivar la creatividad

Otra novedad que se sumó al programa este año, y una de las zonas más llamativas, fue la de Artist’s Alley. Allí, dibujantes que quisieron conectar directamente con los lectores expusieron sus mejores obras y dibujaron en directo ante la mirada de los visitantes. Uno de ellos es David Solano, quien se trajo consigo a Donostia una amplia colección de dibujos de superhéroes de cómic. Los diseños personales dice dejarlos en casa, ya que «la gente lo que busca aquí, los padres con niños sobre todo, son personajes conocidos». Ir a un salón a dibujar y a presentarse es para él una «gran oportunidad», dada la visibilidad que le brinda: «Hay por aquí muchos dibujantes profesionales y editores que pueden fijarse en tu trabajo», comentó.

La papelería Tamayo también apostó por los nuevos talentos en el salón. Ofreció a los visitantes un amplio surtido de materiales de dibujo y pintura, tanto para los profesionales como para aquellos que quieran empezar a hacer sus pinitos en el mundo de las viñetas. Para incentivar aún más la creatividad de los aficionados a los cómics, la papelería tuvo  como artista invitada a Sara Calderón, una de las pintoras que trabajó en la película de animación ‘Loving Vincent’.

Pero la película de animación protagonista del salón fue ‘Elkano, la primera vuelta al mundo’, de la cual se presentó un avance en la sala de cámara del recinto, así como una muestra el proceso creativo de los personajes del filme, desde el boceto a la animación, de la mano de Ángel Alonso García, Arkaitz Alastuey, Gonzalo Amilburu y Patxi Peláez.