Iñigo Urkullu considera que el escenario de inestabilidad que existe en el conjunto del Estado y la necesidad que tiene Pedro Sánchez de lograr el apoyo de las formaciones nacionalistas para superar la investidura «puede ser propicio» para lograr «el reconocimiento de la realidad nacional» vasca y la «plurinacionalidad» del Estado. Un nuevo modelo que también debe basarse en el «reconocimiento mutuo» y «la bilateralidad con garantías». Un puzzle complejo y en el que las piezas solo encajarán, reconoció, si se hace una «propuesta viable».

Urkullu participó en el Foro Expectativas Económicas organizado por el Banco Santander y EL CORREO que se celebró en el palacio Euskalduna, y que contó con una amplia representación del mundo político, económico y social. Un acto al que asistieron más de 600 invitados y en el que también tomaron la palabra Enrique de Ybarra, presidente de EL CORREO, y Patricia Arias, directora territorial del Banco Santander en el País Vasco.

Urkullu intervenía casi al mismo tiempo que los expertos designados por los partidos presentaban en el Parlamento el borrador y las propuestas sobre las que llevan trabajando los últimos trece meses para reformar el Estatuto. Un documento en el que los ponentes designados por el PNV, Elkarrekin Podemos y el PSE han alcanzado un alto grado de consenso, pero en el que la carga soberanista que mantiene la formación de Andoni Ortuzar complica cualquier acuerdo transversal. O lo que es lo mismo, la viabilidad que pide el lehendakari.

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En un contexto general que definió como de «gran intensidad», el lehendakari abogó por generar espacios de «distensión», por «recuperar los puentes de diálogo» y por «respetar las diferentes posiciones y acercar posturas». De ahí que se esforzase en poner en valor los consensos alcanzados por los expertos designados por el PNV, Elkarrekin Podemos y el PSE. De hecho, alertó sobre el riesgo de centrar el debate en el derecho a decidir -lo que para algunos es un «tótem» y para otros un «tabú»- y en lo que él definió como cuestiones «ideológicas» porque puede «dejar sin efecto» el otro «80%» sobre el que sí se ha alcanzado un acuerdo.

El presidente de EL CORREO hizo hincapié en que vivimos en una realidad tam cambiante en la que «nos debemos mover para no perder los trenes». Enrique de Ybarra recordó que el presente está cargado de «pocas certezas» y muchas incertidumbres, y alabó la actitud del lehendakari. «La responsabilidad es el mejor antídoto contra las estridencias», resaltó. Durante su intervención, también destacó que estos cambios han tenido el efecto positivo de que la «opacidad» ha sido sustituida por la «transparencia».

La directora Territorial del Banco Santander en el País Vasco recordó que la entidad ha sido reconocida como el banco más sostenible del mundo y que hasta 2025 movilizará 120.000 millones en financiación verde. «Somos rojos por fuera y verdes por dentro», afirmó Patricia Arias. La directiva enfatizó la importancia que tiene el Banco Santander en la economía al asegurar que «uno de cada cinco pagos que se hacen en España» se realizan a través de la entidad financiera que dirige en el País Vasco.

Como hizo la semana pasada en el Parlamento, aseguró que «no es el Estatuto del derecho a decidir» y apostó por no «poner el carro antes que los bueyes». Es decir, que los avances que para Euskadi pueda suponer un nuevo texto articulado no se frenen por los desacuerdos que pueda haber a la hora de discutir sobre el encaje de Euskadi en España. «La ponencia que se activa ahora es para hablar de autogobierno, repito, de autogobierno», enfatizó el jefe del Ejecutivo autónomo en alusión al «recorrido institucional» que tiene a partir de ahora el borrador del nuevo Estatuto. Una vez entregado por los expertos, el trabajo queda en manos de los partidos, que serán los encargados de intentar lograr un pacto de mínimos.

Urkullu habló de nacionalismo «incluyente», de respetar las diferentes «identidades» y para marcar distancias con el ‘procés’ señaló: «Soy nacionalista vasco y afirmo que no todos los nacionalismos son iguales».

Pero también vino a decir que aunque no se trata de sacralizar el derecho a decidir, tampoco piensa renunciar a él. A diferencia del PSE y del PP, Urkullu lo separó del derecho de autodeterminación e incluso recalcó que «aunque es un principio democrático que no está normatizado estrictamente», podría hacerse «una interpretación flexible de los derechos históricos, respetados y amparados en la Constitución» para buscar su encaje legal.

«Altura de miras»

«Ninguna solución es mejor que una solución acordada. Respeto al principio de legalidad y al principio democrático. Capacidad de decidir y obligación de pactar», señaló. En este sentido, Urkullu apostó por «demostrar altura de miras» e insistió en las principales tesis que defiende el PNV en su propuesta de autogobierno: asentar el «concepto de bilateralidad con garantías», el «reconocimiento de la realidad nacional propia y la asunción de la plurinacionalidad del Estado».

Una reivindicaciones que pueden verse beneficiadas por «el escenario que se abre en el Estado», en clara referencia a la situación de inestabilidad en la que vive el Gobierno y la necesidad de Sánchez de buscar apoyos entre las formaciones nacionalistas. De hecho, el PNV no oculta su interés en abrir el melón territorial en la próxima legislatura a través de una «mesa política» porque un «problema político ha de tener una solución democrática» en la que se tengan en cuenta «las voluntades mayoritarias socialmente existentes en las realidades nacionales diferentes».

Con varias alusiones a la necesaria estabilidad, Urkullu también se refirió a la negociación de los Presupuestos del Gobierno vasco para el año que viene. Las negociaciones con Elkarrekin Podemos están muy avanzadas. «No serán los Presupuestos ideales para cada una de las partes comprometidas, ni los ideales para cada uno de quienes nos encontramos aquí. Pero si serán los mejores para Euskadi porque serán fruto de nuestra capacidad de acordar unos objetivos comunes».

Lo que sí hizo Urkullu fue garantizar que cualquier tipo de acuerdo con Podemos no descuadrará las Cuentas públicas. En este sentido, recalcó que su gobierno sigue comprometido con el cumplimiento de las reglas de gasto.