• Romper el techo de cristal no es un camino de rosas. Estas cuatro mujeres influyentes, que se han hecho un hueco en industrias tan distintas, compartieron su experiencia en una nueva edición de Women Insights

Al hablar con mujeres en la cima de su carrera, las que han conseguido romper el techo de cristal, es fácil quedarse con la«parte bonita», pero toda mujer influyente tiene detrás muchos años de lucha. Y haber progresado no les permite olvidarse del esfuerzo dedicado. Precisamente por ello la última edición de Women Insights, organizado por las revistas INVERSIÓN & finanzascom y mujerhoy, en colaboración con la Comunidad de Madrid, se dedicó al diálogo sobre las historias de mujeres: del éxito, pero también del fracaso; de las necesidades de emprender, pero también de cómo reinventarse. Las cuatro ponentes, Luisa Alli, directora de comunicación de Ikea Spain, Sara Navarro, presidenta de la Asociación Madrileña de Mujeres directivas y empresarias (AMMDE), Laura Carrera, socia fundadora de Flores en la Mesa, y Gemma Medrano, responsable de la dirección directivos y gestión de personas de Bankia, se han labrado un recorrido profesional en ámbitos muy distintos, pero en todas destaca esa capacidad de superación con todos los retos con los que se han topado.

«En mi carrera ha habido momentos buenos y malos, y me han gustado todos», reconoce Medrano.«De todos he aprendido». Aunque ahora está dedicada de llevo al proyecto de Bankia, su trayectoria no ha estado ligada siempre a la banca.«Llega el momento en el que tienes que hacer un balance entre lo que te aporta tu trabajo y lo que necesitas a nivel personal. Hay que saber cuándo dar un cambio a tu vida», cuenta.

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En todo lo que ha hecho, Carrera asegura haberse «dejado la vida»: desde su tesis sobre la biología reproductiva del níspero japonés a fundar, reflotar y llevar al éxito a su proyecto personal Flores en la Mesa. La emprendedora inspiró a los asistentes no por su historia de éxito, sino porque supo sacar la fortaleza cuando más hacía falta. «Cuando emprendes y en cinco años estás arruinada es difícil emprender nuevos retos», contaba. Pero ahora ha demostrado que mereció la pena. «La mía es una historia de fracaso, pero con final feliz». «Me he creado a mi misma porque mi parte personal me lo ha pedido», asegura.

Cultivar el amor propio es esencial. Como recuerda Navarro, «una mujer con la autoestima alta puede llegar a hacer lo que quiera en el mundo laboral». E igual de importante es encontrar apoyo entre iguales. Navarro «tuvo la suerte» de contar con el de AMMDE, por eso ahora siente la necesidad de «devolver a la asociación lo que un día me dio». Pero para que verdaderamente se pueda afirmar que no existe techo de cristal, hace falta un entorno favorable en el propio ámbito laboral. Es cierto que hacen falta cuotas, que hay situaciones que se deben «forzar», pero lo que más desean estas mujeres influyentes es «un entorno laboral en el que se fomente un espacio para el progreso femenino», reclama Alli. Como trabajadora se enorgullece de contar cómo en su empresa, Ikea, de los últimos ascensos seis hayan sido mujeres embarazadas o a punto de dar a luz. «Se asumen las transiciones de la vida con naturalidad», afirma.

Apoyarse entre mujeres

Si algo reconocen las cuatro es la importancia de encontrar apoyo entre las mujeres. El mundo del emprendimiento es muy solitario, cuenta Carrera, y más si es en una industria tan masculina como la agroalimentaria, donde casi nunca se ven a mujeres en las reuniones de directores. La socia fundadora de Flores en la Mesa encuentra su desahogo en un grupo de mujeres emprendedoras con las que se reúne una vez al mes, pero coincide: «Hay camino para que nos ayudemos un poco más». Y es importante hacerlo también entre generaciones, hablar de ello con chicas jóvenes. «Llevo toda mi vida luchando por mis derechos, siempre esforzándome», cuenta Medrano. Y lo sigue haciendo, porque no se han superado aún todos los obstáculos. ¿Por qué? Porque como resaltan los datos que comparte Alli, las mujeres tendrán que ahorrar un 35 por ciento más que los hombres para su jubilación, según un estudio de Abante. «Es algo que me preocupa. ¿Cómo vamos a hacerlo con sueldos hasta un 20 por ciento más bajos?», reflexiona. Es una asignatura pendiente, la de planificar su futuro económico, reconoce Navarro. Por eso desde la asociación aportan su granito de arena con talleres para mostrar la importancia del ahorro desde los primeros pasos laborales.