Una marea multicolor ha tomado esta mañana los rincones más bellos del nuevo Bilbao para resolver una incógnita. ¿Cuál es la compañía más veloz de Bizkaia? Saitec se embolsó la I Carrera de Empresas, organizada por EL CORREO y CEBEK (Confederación Empresarial de Bizkaia), y patrocinada por el Banco Santander. Marcó un tiempo de poco menos de 28 minutos con una exigua ventaja sobre Suez Treatment Solutions y El Corte Inglés. Un registro que quedará para siempre en la historia en una prueba en la que ganar contaba con una importancia capital por supuesto, pero lo fundamental era fomentar la colaboración entre compañeros, que los colegas del trabajo uniesen lazos más allá del tajo. Y eso se ha conseguido hoy en Bilbao, en una prueba en la que participaron cerca de mil personas, 960, con 95 equipos masculinos, 16 femeninos y 129 mixtos. En esta categoría, el Colegio Jesús María arrasó a sus oponentes, seguido del Banco Santander y AXA Seguros Generales. Y las primeras chicas, con una enorme ovación, correspondían a BCD Travel, por delante de OSI Bilbao Basurto y Suez Treatment Solutions.
El sol iluminaba las inmediaciones del Palacio Euskalduna, lugar de desde donde partió esta cita pionera en el territorio histórico. Eso sí, la temperatura no alcanzaba los 20 grados, ideal para afrontar los ocho kilómetros a la vera de la ría, de ese cauce que vertebra la villa, y que guió a los participantes desde la salida hasta la meta, situada a la sombra del Museo Marítimo. Emblemas de la ciudad, símbolos de la evolución de Bilbao, como el museo Guggenheim, Torre Iberdrola, Zubi Zuri fueron testigos de esos gestos de unión y solidaridad: las bases de la carrera obligaban a que los miembros del cuarteto no podían alcanzar la meta con una diferencia mayor de ocho segundos; era necesario, por tanto, cooperar, solidarizarse con el ritmo del más débil, para que el esfuerzo conjunto gozara de un premio.
A las once de la mañana, la I Carrera de Empresas, organizada por este periódico y CEBEK, se puso en marcha. A correr. Aunque antes, la explanada del Museo Marítimo ya acogía a los participantes. Había que calentar para evitar lesiones y sobresaltos inesperados. Por grupos, compañeros de trabajo, ponían a punto sus piernas para evitar fastidiosas lesiones. Poner a puntos los cuádriceps, los tobillos. Algunos lo hacían a la manera tradicional, otros apostaban por conseguirlo al ritmo de la música. Todo en un magnífico ambiente, de camaradería, de bromas entre los equipos de distintas firmas. «Os vamos a machacar», bromeaba uno de los integrantes de IMQ, uno de los patrocinadores de la prueba y las que más participantes presentó (13 escuadras), con un compañero, esta mañana rival, antes de la salida.
Se acercaba la hora para que la carrera se lanzara. Desde la explanada del Museo Marítimo, los 960 inscritos caminaron hacia el punto de salida, en una serpiente de todos las tonalidades – mandaba el bermellón de la camiseta entregada por el Banco Santander, con el respaldo del Consorcio de Aguas, IMQ, Tecuni, Red Eléctrica de España, Grupo Ortasa, Carrefour, Coca Cola, Leotron-, que se atestaron el puente peatonal que une el Euskalduna con el Marítimo. Tic tac… Y a correr, al ritmo de la canción Aldapan Gora y de un bombo.
Poco a poco, la ola recorrió la Ría. Primero la margen izquierda, hasta el puente del Ayuntamiento. Allí se hacía el giro, y por el Campo Volantín, a toda velocidad en dirección al arco del Banco Santander que marcaba el destino de los 960 participantes, mujeres, hombres y grupos mixtos, en esta prueba organiza por EL CORREO y CEBEK. Había que ir juntos. Y primer grupo en llegar rompió el bloque, solo con tres. Eso no valía. Error. Había que esperar al más lento, al débil, solo podía haber ocho segundos de diferencia entre el primero y el último … Era una carrera pero también el mejor modo de cooperar y colaborar en un ambiente diferente al habitual espacio de trabajo. Animarse y coordinarse. De hecho, hubo más de un corredor que dio la vuelta para esperar a sus colegas. Otros se frenaban.
Después de poco menos de 28 minuros alcanzó la meta Saitec. Todos juntos. Buscando al compañero, tirando de él en el sprint final. El último esfuerzo, el último aliento. Fue una imagen que se repitió en muchas ocasiones… Los cuatro integrantes del equipo juntos, manos entrelazadas, y gestos de victoria, de triunfo, en una luminosa mañana para fomentar los lazos. Algunos iban más allá y se agarraban de los hombros. Casi todos sonreían y bromeaban. Daba igual el tiempo y el puesto. Habían alcanzado la meta, recorrido los ocho kilómetros y aprendido a cooperar entre ellos. Todos son campeones.